Odio a muerte a las lolitas del tipo Nabokov. Aún no he terminado el libro. La de la cabecera no soy yo. Esto no es un cursi-blog, ni un diario, es mi liblog...

14 jun 2012

Manías

Hoy no tengo nada en concreto sobre lo que escribir, así que que no os engañe el título de la entrada. En realidad me apetece comentar algunas cosillas cotidianas que me parecen curiosas.

Por ejemplo, que desde que no utilizo la agenda, me apunto las cosas en la mano (en el reverso; no entiendo que la gente se escriba en el anverso, se borra más rápido con el uso [a menos que seas un poco subnormalillo y aplaudas con las manos al revés tal que así:


{¿que cómo he hecho la foto si tenía las manos ocupadas haciendo el subnormal? Le he pedido a mi madre que apretara el botón}]. Bueno, que eso. Y he descubierto recientemente que, aunque me restriegue la mano, no se borra ni suelta tinta, PERO cuando la mano reposa un largo rato sobre una superficie, ésta termina quedando estampada. La primera vez que me pasó, fue mirándome el pantalón del pijama (estudiando intentando no mirar los apuntes, es decir, decirlo de cabeza), y entonces reconocí el mensaje grabado... después en mi brazo, y la última, la más increíble, en la cara. En la JODIDA cara. He intentado todas esas veces colocar la mano de manera que coincida el mensaje con la estampa, y no lo comprendo... no son posturas cómodas...

Qué más... ah, bueno, sí, tengo que hablar sobre las épocas de exámenes. Los que me conocen saben de sobra cómo actúo: no duermo normalmente, no como normalmente, no me relaciono normalmente... a ver, en cuanto al dormir, bueno, un par de horitas por la noche, otro par por la mañana, otro más por la tarde... aunque preferiblemente, siestas largas toda la tarde y noche completa (si acaso con pausas de tres o cuatro horas, si es que llevo bien los exámenes). Lo de comer... he pasado por la fase de esa de atiborrarse, pero era joven e imberbe, y cuando crecí, me di cuenta de que no, de que lo mío era lo de tener el estómago cerrado. Mi madre se empeña en hacer comidas copiosas, en comprarme bolsas de Doritos y tarrinas de helado y ahí están, que llevan ya un par de semanas sin que nadie las toque. En cuando a hábitos alimenticios, como me acuesto tarde y me levanto tarde, las comidas se reducen a una merienda (algo dulce) por la tarde y una cena (algo salado) de madrugada, eso es lo que me suele hacer falta. Si en medio como algo más, es simplemente porque me pica el estómago, no porque tenga hambre o sienta la necesidad.

Y una cosa que me encanta y de la que me he dado cuenta ahora estudiándome de golpe todo el temario del curso, es ver cómo se relacionan unas materias con otras. A ver, ya me había dado cuenta durante el curso, no soy tan cateta, y sí, ya sé que todo se superpone, que la vida es una, y no van ni la Filosofía, ni la Historia, ni la Literatura por caminos separados. Me refiero a que en los apuntes de Historia se mencione el nombre de un autor que aparece en Literatura, o que en Literatura se hable de un filósofo... esas cosas. Pero yo venía a hablar de mi libro de Literatura Universal. Curioso resulta que 4 de los 7 autores que hemos dado, estudiaron (o hicieron el intento de) Derecho. Parece ser la carrera que mejor va con los inclinados hacia la escritura... aunque a mí me gusta más la senda norteamericana de Stephen King (o granaína de Luís García Montero) de estudiar Filología Inglesa (o Hispánica), tener un trabajo de profesor y dedicarse a escribir. Aunque los de la Generación del 27 también preferían el Derecho (lo siento, Lorca, sé que el tuyo fue comprado).

Y bueno, ¿qué hay más cotidiano que las manías? He de reconocer que AMO las manías y las ODIO a partes iguales. Quiero decir, que me encantan mis manías y las manías de los demás siempre que no impliquen movimientos ni ruidos. Ejemplo: mover el pie rápidamente, hacer "tac-tac" en la mesa con el boli, o estar haciendo un puto examen con una puta pulsera en la muñeca y no quitársela... eso no es manía, pero no lo puedo aguantar. Quizás mi manía más acusada es no aguantar las manías de los demás... pero creo que nadie va a acusarme porque se me despierten los instintos asesinos o suicidas estando en un examen intentando concentrarme con un ruidito detrás. El caso es que tengo multitud de manías pequeñas, las cuales tengo que llevar a cabo sí o sí para que, como yo digo, "no se desequilibre el universo". Suelo tener la necesidad de quitarle la tapa de las pilas al mando de la tele si lo tengo cerca; de masticar el mismo número de veces por un lado y por otro (pero no cuando como en general, sino comiendo pipas, o cereales, o alguna cosa así); de no dejar ni un piquito en las uñas cuando me las muerdo, y de igualar las de una mano con la otra, aunque ello implique dolerme doblemente (porque a veces me paso, y MUCHO); de tamborilear en la mesa (sin hacer ruido) con todos los dedos, el mismo número de veces; y luego ya algunas típicas, como la de todo estudiante, de no empezar a estudiar si no son en punto, o, en raras ocasiones, y media; y podría seguir hasta el infinito, pero no se me suelen venir a la cabeza a menos que me ponga a pensar duro, y no me apetece. La verdad es que ya había empezado en eso de las manías antes de leer el relato N. de Stephen King, y éste me pareció excesivo, pero luego me di cuenta de que no, de que me sentía totalmente identificada con él.

Por cierto, prometo que después de Selectividad no volveré a publicar nada que tenga que ver con la erudición o la más simple cultura general.

~~

Suena: Breath of life, de Erasure.
Estoy: Con cargo de conciencia por no estar estudiando...
Sentencia: Cada vez se me hace más difícil buscar citas que tengan que ver con la entrada... así que hoy adjunto una canción: Comfortable, de John Mayer, en la que habla de una ex cuyas faltas se ven ahora comparando con una chica nueva, pero aun así, era perfecta con su chándal y sin maquillaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Me dejas un comentario? ¿Xí? ¡Gracias!