Odio a muerte a las lolitas del tipo Nabokov. Aún no he terminado el libro. La de la cabecera no soy yo. Esto no es un cursi-blog, ni un diario, es mi liblog...

14 jun 2012

Fin

El final se acerca. Pero me da miedo este fin en concreto, que son varios finales, y finales definitivos además.

Hace un rato que he vuelto de hacer los exámenes de la Escuela de Idiomas. Nunca me había alegrado tanto de que la nota mínima para aprobar fuera un 5. No digo (espero) que vaya a sacar un 5, pero por si acaso hoy me ha pillado con Atenea de malas, pues eso que gano. Aunque la verdad es que llevo un cursito de notas que no son propias en mí... pero lo más gracioso es que las tareas de casa está siempre perfectas, incluso esas redacciones que solía hacer en cinco minutos un Domingo por la noche antes de irme a dormir, sin consultar diccionarios ni nada. No sé. No lo entiendo. Y sé que vosotros tampoco vais a entenderlo. De hecho, suena muy a excusa de mal estudiante (de las del tipo "no le caigo bien al profesor"), y soy consciente de ello, pero es lo que realmente pienso.

Es muy divertido esto de estar en medio de un examen, medio puteado porque, o no te interesa una puta mierda lo que estás leyendo/escuchando, o porque 3 de las 5 palabras que has leído son largas e incomprensibles, y se hace tedioso leer. Digo, que es divertido estar en esa situación y ponerte a pensar en cosas totalmente al margen, por ejemplo, ponerte a repasar la Dictadura de Franco. No es que haya sido mi caso, ¡por Zeus! No soy tan masoca. Ha sido Literatura Universal, concretamente. Estaba intentando escribir que los seres humanos somos morbosos por naturaleza y no sabía cómo decir "morboso" (he pensado en "morbid", pero pensaba que eso sólo valía para obesidad mórbida. Ojalá lo hubiera puesto, me habría ahorrado el giro), y bueno, me he acordado de mis apuntes sobre Baudelaire, con adjetivos tales como enfermo, inmoral, bohemio, enfermizo, mórbido, controvertido, morboso, vicioso y perverso. Resulta que las escasas veces que me pongo a redactar mis propios apuntes me vuelvo un diccionario de sinónimos. Tenía que escribir un ensayo sobre si pienso que "las malas noticias son buenas para los periódicos", y he considerado que sí porque el ser humano es morboso por naturaleza y las malas noticias venden más que las buenas. También me he ido por los cerros del Olimpo un poco pero espero que no se note. Es que había que llegar a las 250 palabras a toda costa... Pero no os equivoquéis, que me gusta pensar en lo que no tengo que estar pensando cuando hago exámenes. Si voy medianamente sobrada, claro. Entonces sí me puedo reír feliz. Si no, tengo un problema.

Y ha sido muy gracioso ir a empezar a leer uno de los textos y descubrir con horror que había leído la misma línea pero en español el fin de semana pasado: ha sido un fragmento adaptado de la novela Mil soles espléndidos, de Khaled Hosseini (autor también de Cometas en el cielo). Lo compré para regalárselo a mi madre y tenía intención de leerlo pero la oportunidad no llegó, y el fin de semana pasado lo vi ahí tan lindo en la estantería, que me picó el gusanillo y le eché un ojo, no lo suficientemente amplio como para poder hacer el cuestionario sin leérmelo. Aun así, me ha salido muy bien, y no me he dejado intimidar por las cuestiones ambiguas. Además, por algún motivo que desconozco, los exámenes de las Escuelas de Idiomas siempre tienen trampa, sobre todo en las preguntas de contestar a, b o c: o todas las respuestas menos una son a, o ninguna de las respuestas es b, como en este caso, entre a y c, y aunque no descarto haberme equivocado en alguna, pongo la mano en el fuego porque ninguna era b. Nunca lo sabré, porque si apruebo todo, me negaré, igual que el año pasado, a ir a verlos.

Lo que quería decir es que al final de cada año (recordad que para mí los años se corresponden con los escolares), se acaba algo: el curso, principalmente. Este año da la casualidad de que acabo 2º de Bachillerato como curso, acabo Bachillerato, acabo en el instituto, y también acabo curso en la Escuela de Idiomas y la Escuela de Idiomas en sí (joder, y que se me pasara por la cabeza apuntarme el año que viene a alemán... ay). Si tuviera la mala suerte de que me quedara algo que recuperar en Septiembre, mandaría todo a tomar por culo iría y terminaría igualmente, pero es poco probable. Como he dicho antes, el aprobado raspandillo me ampara.

P.D.: No sólo estaba inspirada en cuestión de sinónimos haciendo/estudiándome los apuntes de Baudelaire. También me dio ganas de escribir "entre líneas", literalmente, una de mis ideas favoritas para una novela:


Normalmente lo hago en todos los apuntes del mundo, luego paso esas notas a limpio y las borro. Pero esas las borré sin más, porque el principio es de las mejores cosas de la novela, e iba demasiado rápido. Me había regocijado poco. Y no soy de descartarme rápidamente, ¿por qué confesarse tan rápido? Con lo divertidos que son los secretos a voces, las indirectas directas...

~~

Suena: Naaaaada.
Estoy: Poniéndome a cenar.
Sentencia: "El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto", de Chaplin. Perfecto o no, es el que hay.

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