Odio a muerte a las lolitas del tipo Nabokov. Aún no he terminado el libro. La de la cabecera no soy yo. Esto no es un cursi-blog, ni un diario, es mi liblog...

23 jun 2012

Metafisicismo

Pues nada, aquí estoy de nuevo, por fin, eventually, como lo queráis decir. Estoy aún cansada después de Selectividad, medio tontita por la cerveza y conmocionada por todo. Sinceramente, creo que el ser humano no está preparado para el sentimentalismo del que viene haciendo acopio desde que los primeros hombres empezaron a enterrar a sus muertos por creencias religiosas.

La Selectividad, bueno, podría hacer un resumen pormenorizado, pero no me apetece mucho. Sólo decir que me ha salido de la mejor manera posible, que si algo sale mal las reclamaciones van a ir directamente a mis profesores de Bachillerato y que sinceramente, espero muy buenos resultados. Si no, pues me sentiré fatal, para qué voy a negarlo, pero no creo.

Se avecina una semana de cambios (bueno, se avecina un futuro de cambios, en general, pero una semana en particular). Si todo va según lo previsto, iré informando, porque no hay nada más triste que decir de hacer algo y que luego no se haga. O eso pienso.

El caso es que mientras, lo que queda de semana, me toca descansar y pensar un poco. Descansar es más o menos fácil. Lo difícil es pensar sin volverme loca. Lo primero, es que no soy capaz de pensar a largo plazo, y lo segundo, es que pensar en esta etapa de finales y cambios, supone un estado de abstracción y metafisicismo que, como he dicho antes, no aguanto.

Sólo apuntar un par de cosas. Decir que llegar aquí no ha sido fácil, como todos sabemos, aunque me repatee que haya personas para las que sí y se las den de víctimas (y, lo siento, pero me creo en el divino derecho de no considerarme como tal). De hecho, llegar sólo significa estar de cuerpo presente (algunos, con algún miembro de menos, como por ejemplo, una mano. Yo tuve la suerte de descubrir el año pasado unos bolígrafos con los que escribía a la velocidad de la luz sin dolerme nada de nada), porque si tuviéramos que mantener nuestra espiritualidad intacta para llegar al final, está claro que ninguno llegaríamos. Por eso, sacrificando ésta, es decir, liberándonos de ese aspecto que damos por hecho en todo lo llamado "ser humano", somos capaces de acabar con mayor o menor éxito nuestras empresas. Yo, por mi parte, y por la de alguna persona más que me lo ha confirmado, me he dedicado a respirar (por ser una necesidad estrictamente fisiológica) y a caminar. Por suerte, en ningún momento de mi vida han llegado a faltarme fuerzas para caminar. Y caminando siempre se avanza. Caminar a pesar de todo es lo importante.

Después del trance, la espiritualidad vuelve, magullada o no, y se recompone, pero sí es clara una cosa: si bien se gana al llegar al final del camino, también se pierde. Es más. Diría que a veces estamos tan centrados en conseguir el objetivo que nos hemos propuesto que ni siquiera apreciamos el perjuicio que ello ha costado, lo que viene a demostrar que ganar no siempre es ganar, sino perder. Y lo cierto es que en todo lo que hacemos, terminamos perdiendo algo, que quizás no se note mucho: un sentimiento, una idea, una emoción, alientos no tangibles que forman parte de nosotros y que, o son eliminados cual apéndices.

Y también se pierden cosas, o personas, aunque a mí me dan más pena las cosas (ja, ja, ja). Si nos obsesionamos en nuestra meta, podemos volvernos demasiado egoístas y descuidar a todos los demás. En ese caso, es culpa nuestra. Sin embargo, hay otros casos en que esas situaciones nos valen para probar la fidelidad de nuestros compañeros. En fin, valgan o no valgan, me inclino por dos sentencias: que nadie es imprescindible y que estamos más de siete mil millones de personas en el mundo.

Pero, al igual que el frío puede verse como la ausencia de calor, la pérdida puede verse como la consecución. Quizás esos vacíos no se han llenado inmediatamente, pero tanto si lo han hecho como si no, bienvenidos sean.

En cualquier caso, y en resumen: el final no lo es todo, sino disfrutar también de la carrera; y que todo y todos han sido parte de la etapa finalizada. Por eso, me olvido de rencores y doy gracias. Soy mejor o peor persona, más fuerte o más débil, más confiada o más escéptica, sin que lo bueno sea tan bueno ni lo malo sea tan malo. Soy y estoy. Suficiente.

P.D.: Cada vez queda menos para mi megahipersupermagnífica entrada review-opinión de Born and Raised (de hecho, las notas ya me desbordan), pero estoy cansada y lo más probable es que me vaya a leer y dormir. Sí, así es como va mi noche de San Juan este año.

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Suena: Cigarettes and chocolate milk, de Rufus Wainright.
Estoy: Reflexionando, ¿no se nota?
Sentencia: "Caminante no hay camino, se hace camino al andar", verso de Machado (Antonio, no el hermano).

18 jun 2012

Hiatus

O "pausa" en inglés. Me tomo una pequeña pausa por motivos de fuerza mayor (venga, como si no supierais ya que mañana empiezo Selectividad). Espero volver a veros pronto por aquí.

17 jun 2012

Que tenga una que acabar el día de una manera tan absurda... he ido a matar un mosquito y para ello he dejado que se me posara en la pierna un femtosegundo. ¿Resultado? El mosquito me ha picado y se ha ido, tan campante. Pero he matado a otros 3 de los suyos (suyas) así, a palmadas. Me siento una asesina orgullosa.

El día en sí ha sido absurdo. Tenía la firme intención de madrugar (como SIEMPRE), pero claro, también como SIEMPRE me he despertado y, con las mismas, me he vuelto a dormir. Por cierto, ¿alguien se acuerda de la frase de Unamuno que me escribí en el brazo y dije que se me tatuaría en otro lugar? Aquí tengo la prueba:


La frase iba escrita en el brazo izquierdo. Este es el derecho. Se ve un poquito la marca. Recuerdo que anoche me acosté en la cama después de una hora con el iPod escuchando a John Mayer y jugando al solitario (con cartas de verdad, ¡hala!), y como no tenía ganas de levantarme a por una chaqueta, apoyé un brazo debajo del otro para no tintar las sábanas. Y recuerdo también la manera en que puse los brazos, pero ahora no me encajan, no sé si me explico. Lo intento, pero me hago daño. Sólo Morfeo sabe qué hago yo por las noches...

Por lo demás, me he dedicado a "repasar" y escuchar música, y aprovechando que la casa estaba vacía, cantar en voz alta. Y leyendo detenidamente letras de canciones. Estoy deseando escribir el tan esperado review-opinión, que será el fin de semana después de Selectividad, lo prometo.

También he descubierto que las actuaciones de Erasure que más me gustan son de un tour llamado The Innocents, y que las de un día en concreto están reunidas en VHS, pero que no incluye la mejor de todas, esta:


Y la intención de comprármelo por eBay ha caído enseguida. Es que... por favor, qué aberración.

Y sólo decir que esta noche hay visita y las noches que hay visita no ceno, o porque se olvidan de mí, o porque no me apetece tener que saludar y pedir cena educadamente en mi propia casa.

A la mierda la estabilidad mental de todo el día.

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Suena: Painted by numbers, de The Sounds.
Estoy: No estoy.
Sentencia: Creo que hoy no he aprendido nada.

15 jun 2012

Vulgaridad/Usualidad

Vulgaridad, del latín vulgaris, -e, "perteneciente o relativo al vulgo", donde vulgo se identifica con pueblo. Y lo usual, lo normal, lo ordinario, que no tendría por qué, pero suele degenerar en lo mediocre. Son dos conceptos de los que podría hablar largo y tendido por separado, pero me apetece relacionar uno con otro (por eso la entrada tiene una barra oblicua. Bien pensado, ¿eh?).

Joder, me hace sentirme realizada que la gente se meta en el blog, aunque no se lo lea (no, Blogger no muestra esa información en las Estadísticas... todavía). Yo entiendo que echa para atrás ver mucho texto seguido sin dibujitos, y mi propósito de poner fotos para amenizar, va cada vez peor. Aun así, gracias de nuevo.

Sabe Zeus que odio ponerme a estudiar cosas nuevas en vísperas de exámenes, y también sabe que AMO los apuntes de mi (ex) profesor de Lengua, con sus argumentos de autoridad, tan bien escogidos en función de lo que esté explicando para darle validez... ¿cómo es capaz de dar con tantas citas tan adecuadas? Nunca lo sabré. Quizás le pregunte el día que me acerque al instituto a por las notas. Bueno, no creo que lo haga. El caso es que hay ya algunos apartados en los que no hay explicación, sólo cita sobre cita y sobre cita una... y vale, explicar algo mediante ejemplos está genial para que el alumno lo entienda rápidamente y, además, lo vea como algo útil en su entorno, pero para contestar una pregunta en Selectividad, como que no... así que nada, he tenido que ponerme con el libro de Lengua, el cual he tocado poco y menos este curso, y empollarme los géneros literarios desde ahí. Ya no me meto a mirar la literatura, porque entonces sí que es verdad que no acabo. Prefiero fiarme de él, y llenar como buenamente pueda lo que a mí se me antojan "huecos" esenciales, por ejemplo, no mencionar en la pregunta de la lírica antes del '36 que Machado (Antonio) dedicó parte de su poética al problema de la España hundida. Lo más gracioso es que esos apuntes ni siquiera son de mi profesor, sino del otro... vaya, la enseñanza se está convirtiendo en la España de hoy día: no puedes ni fiarte de los jefes (véase caso de corrupción en el Consejo General del Poder Judicial). Se ha quedado un poco brusca la comparación... bueno.

Mi madre dice que las vísperas son siempre lo mejor del momento en sí (por ejemplo: es más emocionante la víspera de Nochebuena que la Nochebuena en sí), y desde que me lo dijo, ni lo he olvidado, ni he dudado de su veracidad. Y de esa misma manera, los principios son mejores que todo lo demás (por ejemplo: eso que dicen que la pasión sexual sólo dura unos cuantos meses [siento no poder precisar cuántos, pero los resultados de Internet no se ponen de acuerdo]). En fin, lo nuevo, lo diferente, lo raro (con connotación positiva), lo que se sale de la normalidad, de la ordinariedad (sin connotación negatica), lo extraordinario (vale, ya ha quedado claro), todo eso es atractivo por el misterio que encierra. Lo que conocemos de sobra ya no puede resultar excitante porque carece de capacidad de sorprender, pero lleva a otra etapa: la de amar sinceramente. Sólo se puede amar algo sinceramente si se conoce a fondo. Todo lo demás es demagogia.

El caso es que a veces (quiero decir, SIEMPRE), por estar educados en la sociedad de las películas tipo Disney de pequeños, y Pretty woman de más mayores (también me estoy refiriendo a los hombres con ésta; Richard Gere es bueno para todo y para todos), tendemos a idealizarlo todo, a idealizarlo y platonizarlo, digo en mis apuntes sobre la explicación del Dolce stil novo, ese amor derivado del amor cortés (el de "oh, señora, cómo te amo, y por ello, consagro mi vida a servirte, pero, oh, qué mal me tratas, dueña mía") que, tras varias transformaciones, terminó pues así, idealizado y platonizado (creo que lo platonizado lo añadí después de aprender en Filosofía el origen de la expresión [visión de Platón del amor: un amor derivado del afecto físico que es no correspondido {mucha casualidad sería que sí lo fuera} porque no llega al culmen sexual y sólo se da de forma mental, siendo un ideal]). Todo esto me entra en Literatura Universal, tenía que repasarlo, gracias. El problema que ofrecen estas idealizaciones es que, como están basadas en esos precedentes tan falsos fantásticos que he mencionado al principio del párrafo, normalmente su parecido con la realidad es tan mínimo que ni siquiera existe. El ejemplo más obvio es la admiración que sentimos hacia los ídolos de masas: yo con mi queridísimo amadísimo perfectísimo John Mayer, sin querer ver que, si a estas alturas de su vida todavía no ha tenido novia, y teniendo en cuenta, por mucho que me repatee, la canción de Taylor Swift, es porque es un poco cabroncete con las tías, y que probablemente se ríe de todas sus patéticas fans; o los idólatras de Salinger, el escritos de El guardián entre el centeno. Apuesto una mano a que no lo verán igual después de enterarse de que además de ser tan excéntrico en sus no-relaciones con el público, era muy posesivo con su mujer, a veces hablaba cosas raras (trastorno conocido como glosolalia) y, según su hija, se bebía su propia orina. Pero también lo encontramos a una escala más reducida, como por ejemplo, adorar a un gato (me siento muy identificada con ello), los animales más desagradecidos, ingratos, interesados e infieles del mundo. ¿Que se te restriega en la pierna? No, no te quiere. Quiere comida, que es distinto. Vale, ese ha sido un ejemplo muy tierno pero no me sirve para la explicación. Lo más corriente es que les pase a las tías con los tíos. En cualquier caso, teniendo en mente todo eso que he dicho (ni yo misma podría. Degenerada), deberíamos considerar un par de cosas: a veces, es mejor abandonar estas "cosas" cuando son tan estupendísimas pues, cuando muestren su auténtica cara, hubiéramoslas idealizado o no, será una decepción terrible; si quisiéramos continuar y sentirnos plenos, correríamos ese riesgo y nos quedaríamos sin el buen sabor de boca y no plenos en absoluto; aunque los hay que se sentirían peor por no haber estirado de la goma todo lo que podían, o bien por satisfacción, o por ver lo que pasaba en realidad. Yo soy de las que viven feliz en la ignorancia, así que creo que pararía a tiempo. Es cuestión de gustos. De todos modos, os recuerdo lo que he dicho de que la pasión sexual se acaba muy pronto... y suponiendo (que es mucho suponer) que lo estupendísimo fuera realmente estupendísimo, terminaría perdiendo su estupendosidad (como un globo se acaba deshinchando), y volviéndose rematadamente normal, usual, ordinario, carente de interés. Pero no hay que temer. Con eso que tanto se metía Nietzsche, el "rebaño", que somos todos (como Hacienda, ja, ja, ja), completamos esa carencia porque, si bien lo interesante nos hace sentirnos excitados, lo normal nos hace sentirnos estables, cómodos, seguros. La rutina no es tan mala como pueda parecer en apariencia. Aunque como última nota, decir que, al igual que "es importante que hablen de uno, mal, pero que hablen", también es necesario tener tormentas en la vida, para hacernos apreciar más la calma y el solecito, para terminar con la metáfora atmosférica.

Así que podéis deducir que no estoy de acuerdo con el dicho de que "más vale malo conocido que bueno por conocer". Pero considerando que se me acerca Selectividad... creo que sí lo prefiero.

P.D.: Oh, cómo se nota que me encanta escribirlo todo juntito y pegadito.
P.D.2: Adjunto una fotito de mi última "gacetilla" (acabo de estudiarla en los subgenerísimos periodísticos de opinión: explicación sobre un punto de la actualidad a modo de apunte, o algo así). GRAN frase de Unamuno que no me cabía en la mano:

("La pena de vivir, llevando el Todo temblando ante la Nada". El temor de Unamuno no era el Infierno, sino el vacío, la Nada)

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Suena: Blue Savannah, de Erasure.
Estoy: "Deseando" ponerme a estudiar Lengua.
Sentencia: De nuevo, adjunto una canción que ejemplifica bien lo que he intentado explicar: Maybe it's because, de la BSO de En el límite del amor. "Quizás cuando respondí que sí, me convertí en un aburrimiento. Quizás si te quisiera menos, tú me querrías más".

La muñeca de porcelana

Bueno, pues para variar, escojo las mejores horas para escribir en mi querido liblog. Como ya de por sí no lo visita mucha gente (aunque más de la que me esperaba), pues las novedades ocurren cuando todo el mundo está durmiendo. Así no hay manera...

El caso es que hoy estoy dramática (hablando de drama, espero seguir sabiéndome tan rematadamente bien ese tema de Griego, porque como me tenga que parar el Miércoles por la noche a repasar literatura de Griego, me van a dar por culo enseñar lo que vale un peine el Jueves en Selectividad, pero bueno). Y como tal, tomo decisiones dramáticas. No, la verdad es que es de las mejores que he podido tomar. Pero no afectará al blog, lo prometo. Y además, es temporal.

En fin, que vengo a inaugurar una nueva sección. Es el momento perfecto: de madrugada, estoy despierta, medio inspirada, con la música puesta y... y ya está. En realidad me duele hacerlo porque tenía idea de hacer otra cosa y esa idea se ha ido metamorfoseando hasta convertirse en otra idea que también tengo en la cabeza pero que no quería desarrollar si no era toda de golpe... y por eso vengo a escribir ahora: porque sienta bien para las depresiones momentáneas y porque estoy emparanoiada. A ver si sale algo bueno.

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Había una vez, una casa normal y corriente, con una familia normal y corriente, con niños pequeños normales y corrientes, con sus habitaciones normales y corrientes, con cajas y estanterías llenas de juguetes normales y corrientes EXCEPTO por una pequeña muñeca, que era extraordinaria. En cierta medida, ella lo sabía, y eso era lo que le impedía ser feliz. 

La muñeca tenía una larga melena pelirroja que le llegaba hasta casi los pies; unos enormes ojos verdes que apenas le dejaban espacio para dos pequeñas líneas rosas que conformaban la nariz y la boca. Además, vestía un bonito vestido blanco impoluto. Lo cierto es que era una muñeca preciosa, pero a lo largo de su existencia había visto pasar a todo tipo de juguetes muchísimo más llamativos que ella. El caso es que la muñeca tenía un defecto: tenía la cara de porcelana, lo cual significaba que no podía moverse de donde estaba si quería continuar compuesta. Por ello, se encontraba en la última leja de una estantería, metida muy al fondo, donde ya casi no llegaba el sol y donde apenas veía nada, ya que los demás objetos, como fotos enmarcadas y lapiceros, estaban delante de ella.

A menudo, de madrugada por la noche, cuando los demás juguetes se cercioraban de que sus dueños dormían, se desperezaban, ya que dormían desde las últimas horas de la tarde, cuando los niños se iban a cenar, y comenzaban a jugar entre ellos hasta el amanecer, que es cuando los niños se despertaban y volvían a por ellos. Había todo tipo de juguetes: pelotas, canicas, ositos de peluche, cochecitos, y sobre todo, muñecas, muñecas más o menos bonitas, más o menos altas, más o menos delgadas. Y el rasgo que tenían en común es que todos estaban más o menos estropeados, excepto, claro, la muñeca de porcelana. Pero lo cierto es que todos disfrutaban muchísimo cuando jugaban juntos.

Varias noches, los ositos de peluche, los cuales no se hacían daño al caer por ser blanditos, habían intentado escalar la estantería para establecer contacto con la muñequita, pero no lo habían conseguido. Los demás juguetes la llamaban desde abajo, pero no eran capaces de relacionarse con ella, ya que ésta tenía demasiado miedo de moverse por si se rompía, y más aún de asomarse siquiera. Pero una de esas noches, algo envidiosa de las risas de los demás juguetes, se deslizó con cuidado y se acercó al borde de la leja. Al asomarse abajo, sintió mucho miedo por la altura, pero vio algo que la impactó más aún: la fiesta que las muñecas habían organizado. Inmediatamente quiso unirse a ellas, pero sabía que no podría hacerlo, de modo que se resignó y, muy entristecida, volvió a su oscura esquina.

Desde aquella noche, la primera en que se había decidido a escrutar lo que había más allá de la superficie en que se encontraba, cada vez le costaba más resistir la tentación de bajar y unirse a la diversión, y a pesar de lo grande que era aún el miedo a romperse, ideó un plan: se colocaría en el borde de la estantería para que, a la mañana siguiente, si los niños la veían, sintieran pena de verla tan solita y quisieran unirla con las otras muñecas. Y así fue. Una de las niñas se fijó inmediatamente en ella y le pidió el favor encarecidamente a su madre, quien, antes de colocarla en el suelo, le avisó que era una muñeca muy delicada, que se rompería con facilidad si no la trataba bien y que sólo se la dejaría un rato. La niña accedió y la muñequita no veía la hora de ser feliz. Cuando la madre la tomó entre sus manos y la colocó en el suelo, enseguida aprendió lo que era pasarlo bien, y a pesar de que la madre se encargaba de colocarla en su sitio todas las noches, se alegró de poder jugar con los niños.

Sin embargo, un día que la madre no estaba, la niña quiso bajarla de la estantería ella misma, así que colocó una silla al lado de ésta y alargó el brazo hasta el último estante. Con la muñequita agarrada por una pierna, tiró, con tan mala suerte que la niña perdió el equilibrio y cayó al suelo sin soltarla. La niña comenzó a llorar por la caída y, tras levantarse con mucha dificultad, salió corriendo del cuarto en busca de su padre. Por su parte, la muñeca yació en el suelo bocabajo, incapaz de moverse. El vestido blanco ocultaba sus miembros retorcidos, sobre el cual se extendía su pelo, más rojo que nunca. Pero la herida más grave era que su carita de porcelana estaba ahora partida en dos. No obstante, para nada se reflejaba en ésta miedo o tristeza, tal y como se esperaba. Si bien había sentido todo eso durante la caída, tuvo el tiempo suficiente de reflexionar y darse cuenta de que lo había pasado muy bien durante esos días y que si se hubiera atrevido antes a asomarse, quizás habría disfrutado durante más tiempo. Por eso, lejos de mostrar una mueca, sus finos labios continuaron delineando su acostumbrada sonrisa. Los demás juguetes la contemplaron en silencio, y esa noche meditaron sobre ella.

Moraleja: Es natural sentirse vulnerable si nos vemos ciertamente distintos a los demás, y tener miedo si nuestra situación es propicia para ello. Sin embargo, esos sentimientos deberían quedar cohibidos por las ganas de vivir y hacernos ver, porque quien no se atreve a vivir, no disfruta de la vida. Y más si contamos con personas alrededor que nos animan a tomar las riendas de nuestro existir. Así, es necesario dejar a un lado el temor a hacernos daño y experimentar, pues cada éxito que logremos, por pequeño que sea, se sobrepondrá al anodino tedio de mirar y no actuar. Porque los golpes de la vida vendrán sin avisar, y cuando lleguen, debemos poder estar orgullosos de haber vivido de la manera que quisimos, y debemos poder asumir la derrota final sin dolor ni arrepentimiento por no haber dado lo mejor de nosotros.

14 jun 2012

Fin

El final se acerca. Pero me da miedo este fin en concreto, que son varios finales, y finales definitivos además.

Hace un rato que he vuelto de hacer los exámenes de la Escuela de Idiomas. Nunca me había alegrado tanto de que la nota mínima para aprobar fuera un 5. No digo (espero) que vaya a sacar un 5, pero por si acaso hoy me ha pillado con Atenea de malas, pues eso que gano. Aunque la verdad es que llevo un cursito de notas que no son propias en mí... pero lo más gracioso es que las tareas de casa está siempre perfectas, incluso esas redacciones que solía hacer en cinco minutos un Domingo por la noche antes de irme a dormir, sin consultar diccionarios ni nada. No sé. No lo entiendo. Y sé que vosotros tampoco vais a entenderlo. De hecho, suena muy a excusa de mal estudiante (de las del tipo "no le caigo bien al profesor"), y soy consciente de ello, pero es lo que realmente pienso.

Es muy divertido esto de estar en medio de un examen, medio puteado porque, o no te interesa una puta mierda lo que estás leyendo/escuchando, o porque 3 de las 5 palabras que has leído son largas e incomprensibles, y se hace tedioso leer. Digo, que es divertido estar en esa situación y ponerte a pensar en cosas totalmente al margen, por ejemplo, ponerte a repasar la Dictadura de Franco. No es que haya sido mi caso, ¡por Zeus! No soy tan masoca. Ha sido Literatura Universal, concretamente. Estaba intentando escribir que los seres humanos somos morbosos por naturaleza y no sabía cómo decir "morboso" (he pensado en "morbid", pero pensaba que eso sólo valía para obesidad mórbida. Ojalá lo hubiera puesto, me habría ahorrado el giro), y bueno, me he acordado de mis apuntes sobre Baudelaire, con adjetivos tales como enfermo, inmoral, bohemio, enfermizo, mórbido, controvertido, morboso, vicioso y perverso. Resulta que las escasas veces que me pongo a redactar mis propios apuntes me vuelvo un diccionario de sinónimos. Tenía que escribir un ensayo sobre si pienso que "las malas noticias son buenas para los periódicos", y he considerado que sí porque el ser humano es morboso por naturaleza y las malas noticias venden más que las buenas. También me he ido por los cerros del Olimpo un poco pero espero que no se note. Es que había que llegar a las 250 palabras a toda costa... Pero no os equivoquéis, que me gusta pensar en lo que no tengo que estar pensando cuando hago exámenes. Si voy medianamente sobrada, claro. Entonces sí me puedo reír feliz. Si no, tengo un problema.

Y ha sido muy gracioso ir a empezar a leer uno de los textos y descubrir con horror que había leído la misma línea pero en español el fin de semana pasado: ha sido un fragmento adaptado de la novela Mil soles espléndidos, de Khaled Hosseini (autor también de Cometas en el cielo). Lo compré para regalárselo a mi madre y tenía intención de leerlo pero la oportunidad no llegó, y el fin de semana pasado lo vi ahí tan lindo en la estantería, que me picó el gusanillo y le eché un ojo, no lo suficientemente amplio como para poder hacer el cuestionario sin leérmelo. Aun así, me ha salido muy bien, y no me he dejado intimidar por las cuestiones ambiguas. Además, por algún motivo que desconozco, los exámenes de las Escuelas de Idiomas siempre tienen trampa, sobre todo en las preguntas de contestar a, b o c: o todas las respuestas menos una son a, o ninguna de las respuestas es b, como en este caso, entre a y c, y aunque no descarto haberme equivocado en alguna, pongo la mano en el fuego porque ninguna era b. Nunca lo sabré, porque si apruebo todo, me negaré, igual que el año pasado, a ir a verlos.

Lo que quería decir es que al final de cada año (recordad que para mí los años se corresponden con los escolares), se acaba algo: el curso, principalmente. Este año da la casualidad de que acabo 2º de Bachillerato como curso, acabo Bachillerato, acabo en el instituto, y también acabo curso en la Escuela de Idiomas y la Escuela de Idiomas en sí (joder, y que se me pasara por la cabeza apuntarme el año que viene a alemán... ay). Si tuviera la mala suerte de que me quedara algo que recuperar en Septiembre, mandaría todo a tomar por culo iría y terminaría igualmente, pero es poco probable. Como he dicho antes, el aprobado raspandillo me ampara.

P.D.: No sólo estaba inspirada en cuestión de sinónimos haciendo/estudiándome los apuntes de Baudelaire. También me dio ganas de escribir "entre líneas", literalmente, una de mis ideas favoritas para una novela:


Normalmente lo hago en todos los apuntes del mundo, luego paso esas notas a limpio y las borro. Pero esas las borré sin más, porque el principio es de las mejores cosas de la novela, e iba demasiado rápido. Me había regocijado poco. Y no soy de descartarme rápidamente, ¿por qué confesarse tan rápido? Con lo divertidos que son los secretos a voces, las indirectas directas...

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Suena: Naaaaada.
Estoy: Poniéndome a cenar.
Sentencia: "El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto", de Chaplin. Perfecto o no, es el que hay.

Manías

Hoy no tengo nada en concreto sobre lo que escribir, así que que no os engañe el título de la entrada. En realidad me apetece comentar algunas cosillas cotidianas que me parecen curiosas.

Por ejemplo, que desde que no utilizo la agenda, me apunto las cosas en la mano (en el reverso; no entiendo que la gente se escriba en el anverso, se borra más rápido con el uso [a menos que seas un poco subnormalillo y aplaudas con las manos al revés tal que así:


{¿que cómo he hecho la foto si tenía las manos ocupadas haciendo el subnormal? Le he pedido a mi madre que apretara el botón}]. Bueno, que eso. Y he descubierto recientemente que, aunque me restriegue la mano, no se borra ni suelta tinta, PERO cuando la mano reposa un largo rato sobre una superficie, ésta termina quedando estampada. La primera vez que me pasó, fue mirándome el pantalón del pijama (estudiando intentando no mirar los apuntes, es decir, decirlo de cabeza), y entonces reconocí el mensaje grabado... después en mi brazo, y la última, la más increíble, en la cara. En la JODIDA cara. He intentado todas esas veces colocar la mano de manera que coincida el mensaje con la estampa, y no lo comprendo... no son posturas cómodas...

Qué más... ah, bueno, sí, tengo que hablar sobre las épocas de exámenes. Los que me conocen saben de sobra cómo actúo: no duermo normalmente, no como normalmente, no me relaciono normalmente... a ver, en cuanto al dormir, bueno, un par de horitas por la noche, otro par por la mañana, otro más por la tarde... aunque preferiblemente, siestas largas toda la tarde y noche completa (si acaso con pausas de tres o cuatro horas, si es que llevo bien los exámenes). Lo de comer... he pasado por la fase de esa de atiborrarse, pero era joven e imberbe, y cuando crecí, me di cuenta de que no, de que lo mío era lo de tener el estómago cerrado. Mi madre se empeña en hacer comidas copiosas, en comprarme bolsas de Doritos y tarrinas de helado y ahí están, que llevan ya un par de semanas sin que nadie las toque. En cuando a hábitos alimenticios, como me acuesto tarde y me levanto tarde, las comidas se reducen a una merienda (algo dulce) por la tarde y una cena (algo salado) de madrugada, eso es lo que me suele hacer falta. Si en medio como algo más, es simplemente porque me pica el estómago, no porque tenga hambre o sienta la necesidad.

Y una cosa que me encanta y de la que me he dado cuenta ahora estudiándome de golpe todo el temario del curso, es ver cómo se relacionan unas materias con otras. A ver, ya me había dado cuenta durante el curso, no soy tan cateta, y sí, ya sé que todo se superpone, que la vida es una, y no van ni la Filosofía, ni la Historia, ni la Literatura por caminos separados. Me refiero a que en los apuntes de Historia se mencione el nombre de un autor que aparece en Literatura, o que en Literatura se hable de un filósofo... esas cosas. Pero yo venía a hablar de mi libro de Literatura Universal. Curioso resulta que 4 de los 7 autores que hemos dado, estudiaron (o hicieron el intento de) Derecho. Parece ser la carrera que mejor va con los inclinados hacia la escritura... aunque a mí me gusta más la senda norteamericana de Stephen King (o granaína de Luís García Montero) de estudiar Filología Inglesa (o Hispánica), tener un trabajo de profesor y dedicarse a escribir. Aunque los de la Generación del 27 también preferían el Derecho (lo siento, Lorca, sé que el tuyo fue comprado).

Y bueno, ¿qué hay más cotidiano que las manías? He de reconocer que AMO las manías y las ODIO a partes iguales. Quiero decir, que me encantan mis manías y las manías de los demás siempre que no impliquen movimientos ni ruidos. Ejemplo: mover el pie rápidamente, hacer "tac-tac" en la mesa con el boli, o estar haciendo un puto examen con una puta pulsera en la muñeca y no quitársela... eso no es manía, pero no lo puedo aguantar. Quizás mi manía más acusada es no aguantar las manías de los demás... pero creo que nadie va a acusarme porque se me despierten los instintos asesinos o suicidas estando en un examen intentando concentrarme con un ruidito detrás. El caso es que tengo multitud de manías pequeñas, las cuales tengo que llevar a cabo sí o sí para que, como yo digo, "no se desequilibre el universo". Suelo tener la necesidad de quitarle la tapa de las pilas al mando de la tele si lo tengo cerca; de masticar el mismo número de veces por un lado y por otro (pero no cuando como en general, sino comiendo pipas, o cereales, o alguna cosa así); de no dejar ni un piquito en las uñas cuando me las muerdo, y de igualar las de una mano con la otra, aunque ello implique dolerme doblemente (porque a veces me paso, y MUCHO); de tamborilear en la mesa (sin hacer ruido) con todos los dedos, el mismo número de veces; y luego ya algunas típicas, como la de todo estudiante, de no empezar a estudiar si no son en punto, o, en raras ocasiones, y media; y podría seguir hasta el infinito, pero no se me suelen venir a la cabeza a menos que me ponga a pensar duro, y no me apetece. La verdad es que ya había empezado en eso de las manías antes de leer el relato N. de Stephen King, y éste me pareció excesivo, pero luego me di cuenta de que no, de que me sentía totalmente identificada con él.

Por cierto, prometo que después de Selectividad no volveré a publicar nada que tenga que ver con la erudición o la más simple cultura general.

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Suena: Breath of life, de Erasure.
Estoy: Con cargo de conciencia por no estar estudiando...
Sentencia: Cada vez se me hace más difícil buscar citas que tengan que ver con la entrada... así que hoy adjunto una canción: Comfortable, de John Mayer, en la que habla de una ex cuyas faltas se ven ahora comparando con una chica nueva, pero aun así, era perfecta con su chándal y sin maquillaje.

12 jun 2012

Presión de grupo

Qué día más raro llevo hoy... he pasado del hundimiento titánico (¿lo pilláis? Titanic-o) de ayer a la... mmm... no sé, parece ser que estoy contenta, bastante feliz, me río y eso, pero me pongo a pensar en lo mucho que me queda por estudiar, en lo mucho que pierdo el tiempo (escribiendo esto, por ejemplo) o durmiendo, que también lo hago mucho. Si me dieran un euro por hora dormida, tendría ya para un iPhone 4S de 64 GB, y ya es decir. En fin, que el problema no es ese. El problema es que falta una maldita semana para Selectividad y yo aprovecho ahora para dormir todo lo que no he dormido durante el curso. Ya no es porque tenga sueño (porque he tenido más otras veces), es que tengo... bueno, pereza, supongo. Bien, hoy me llevo el premio a la dispersión.

El caso es que el día de hoy ha empezado como otros tantos, pero no me refiero a los días comunes. Me pasa que me pongo una alarma en el móvil, ¿no? Tengo como 6 alarmas (en general, no activadas), y cada uno con un tono distinto, pero no sé cuál es cual, porque realmente tampoco me importa (regla número uno: NUNCA poner una canción que quieras seguir amando como alarma). Y estaba esperando a que sonara pero en su lugar me han llamado. ¿Qué pasa en esos momentos? Que yo sé que tengo que coger el móvil sí o sí porque está sonando, pero no me termina de quedar claro si es la alarma o el tono de llamada. Me confunde una barbaridad. Bueno, más que confundirme, me desorienta. Claro, así llevo todo el día.

Luego he cedido a lo que le da nombre a la entrada, a la "presión de grupo". El ζooν πoλίτικoν que decía Aristóteles, demasiado "social" diría yo. He intentado renegar de la humanidad, y Zeus sabe que lo he conseguido en parte, pero todavía tengo esa esencia de la que hablé ayer en Estafa. Hay que ver, que es un concepto muy interesante. Me encantaría entrar en profundidad en él, pero llevo un día que... bueno, debo ser escueta.

La última vez que tuve presente el término fue el año pasado, concretamente el (buscando fecha en Tuenti) vale, no la he encontrado. Bueno, lo que quería decir es que fue el año pasado (año escolar, es decir, entre los últimos meses de 2010 y los primeros de 2011 [los que me conocen saben que para mí los años son años escolares, y no años gregorianos]), que no recuerdo a cuento de qué mencionó mi profesor de Historia. Como yo nunca puedo pasar por la vida sin sentirme la protagonista de una película y dramatizarlo todo (hasta en definirme como dramática estoy siendo dramática), lo relacioné enseguida con otro aspecto de mi vida, el cual sí recuerdo pero al cual no voy a aludir. Sólo diré que he perdido varias cosas por la presión de grupo, pero ahora me doy cuenta de que bah, tampoco eran para tanto. De hecho, la presión de grupo no siempre es mala. A veces te impulsa a hacer cosas que no quieres hacer (es decir, así es como funciona siempre) y quizás el resultado sea bueno. Entonces, la cuestión ahí es qué grupo ejerce la presión. No es lo mismo el grupo de los adultos que el grupo de los macarras, eso está claro. Eso espero.

Pero nos equivocamos al pensar que la presión de grupo es algo meramente infantil o adolescente. La presión de grupo es lo que nos lleva, en un 80 % de los casos (aviso: los porcentajes que escribo son siempre inventados, no se esconde ningún estudio detrás de ellos) a hacer lo que hacemos, a vivir como vivimos. Sin presión de grupo, no estudiaríamos, así de simple. Sí, puede que esté metiendo la pata hasta el fondo, pero ¿seguro? La presión de grupo, además, ni siquiera se ejerce activamente, sino pasivamente y a gran escala. Es decir, que si estudiamos, es porque todo el mundo lo hace, y si yo estoy con una hostia encima estudiando para Selectividad es porque todo el mundo lo hace y, por ende, yo también. No estoy tan segura de que si nadie lo hiciera, lo fuera a hacer yo.




Jo, pues no parece que haya tanto desorden como realmente hay y como quería reflejar... boh. Pero la verdad es que casi no tengo dónde sentarme. La pregunta es: ¿dónde se sentará mañana mi madre cuando venga? La respuesta: mañana, lógicamente.

~~

Suena: Sometimes, de Erasure (ay, que Andy Bell sale mojado... qué malo es ver esto antes de estudiar).
Estoy: Poniéndome a estudiar, ¡lo juro!
Sentencia: "La multitud obedece más a la necesidad que a la razón, y a los castigos más que al honor", de Aristóteles. Adaptación a la realidad: "Los presos penetran a otros presos (varones) por necesidad más que por razón, y si aceptan estar en la cárcel es porque temen ser fusilados si intentan salir y no porque sientan que han faltado a su honor y se autoimpongan la penitencia". Creo.

11 jun 2012

Estafa

O fraude. O embaucamiento. Y todos los sinónimos que se os ocurran, porque a mí, con mi enajenación mental, no he logrado apuntar ninguno más. Aunque para mí tiene más valor el del título de la entrada porque ha sido el primero que se me ha venido a la cabeza cuando... bueno.

¿Qué tal el día de hoy? Bueno, yo no dormí (aunque tampoco terminé de estudiarme el temita de Historia), no he sacado nada más que decepción de hoy, no he comido aun a estas horas (y cuando digo que no he comido, quiero decir que lo único que ha caído en mi estómago en las últimas 24 horas ha sido, aparte de agua, una cutre-napolitana), y me he echado una siesta de toda la tarde como buena depresiva. ¿He hecho todo lo que he querido y más y por ello me siento bien? Sí. ¿Estaba en condiciones de hacerlo? NO. Pero claro, esta noche me quedo a estudiar, vuelvo a no dormir, vuelvo a dormir mañana por la tarde, y así, queridos, es como se cambia una persona normal el ciclo de sueño normal. Joder, no me parece tan raro apetecerme dormir por la tarde (no por el desfase de la noche, sino por el sueño que entra después de comer) y luego vivir por la noche, pero que probablemente a medianoche me vuelva a entrar la modorra... cosa que, estudiando, no es difícil.

Y hoy no he sacado nada bueno porque al final ha salido toda la mierda, así, en plan fuente, mojándome (y ensuciándome entera). ¿Recordáis la segunda persona de la que hablé en el último párrafo de Gente, la primera de ellas? Una cosa es darle yo la extrema unción y cargarme con parte de culpa sólo por contribuir a lo mismo, que no es otra cosa que engañarme, y otra muy distinta es que no sólo se la he dado, sino que ha tenido el valor de pegarme un hachazo por la espalda, irse vivito y coleando y dejarme desangrándome (aunque suene asqueroso, de mierda) en el suelo. No sé, llevo todo el año sabiéndolo en el fondo pero no queriéndolo reconocer, pero reconocer en el sentido de sentarme frente a un grupo y decir "Hola, me llamo Mélody y me han estafado", porque a niver personal, sí que me lo había dicho varias veces, pero como bien dicen, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Sin embargo, por un motivo u otro, termina llegando otro elemento, en este caso, otra persona, que... bueno, si yo hubiera querido, podría seguir con los ojos igual de cerrados, pero... es que tienen razón, lo dicho en público tiene otra dimensión. El caso es que, es como si lo hubiera leído en mi interior (y no le ha hecho falta, porque como digo, soy yo la única que intentaba negarlo), lo ha dicho fuerte y claro, y yo no he podido hacer otra cosa que sufrir la quemadura (tipo "lomo de vaca") de la palabra "estafa" en la cabeza y llorar como creo que no había llorado antes... desde el año pasado, quizás (bueno, que he llorado varias veces antes, pero no por un motivo tan similar). Os digo que yo lo sabía en el fondo, que no me quería dar cuenta, pero creo que tampoco podía como uno no puede desenamorarse cuando lo está por mucho que lo intente.

Que día sí y día también tenga una que lidiar con estas cosas... que día sí y día también aprenda la lección pero, que día sí y día también vuelva a cometer el mismo fallo... quizá radique ahí la magnificencia del hombre. Quizá envenenarse con la misma flor docenas de veces en la vida sea lo único que nos mueve en el fondo porque, salvando el "mal trago", el enamoramiento inicial por esa flor es siempre el mismo, igual de emocionado e ilusionado, atractivo... no lo sé. Yo antes pensaba que yo misma cambiaría un día como también lo haría la gente a mi alrededor. Efectivamente, yo he cambiado, ya que mis sentidos son ahora más agudos, pero la gente a mi alrededor no, y en esencia, yo tampoco. Todos venimos a ser el mismo amasijo de células con la misma masa gris y el mismo instinto de supervivencia. Que el hombre es un lobo para el hombre nunca ha sido más cierto. Lo que quería decir es que, tenía esperanzas de dejar de tropezar con la misma piedra algún día, porque ya van unas... así haciendo cabeza... cuatro o así, que me hayan marcado, pero me he dado cuenta de que, como he dicho antes, aprendo la lección, y no cambia nada. Es como ver algo en clase, tenerlo muy claro, llegar a casa y antojársenos chino mandarín. Los golpes que te da la vida quizás te enseñan, pero no te previenen de peligros futuros porque, vuelvo a repetir, todos somos la misma esencia, y me temo que sea invariable.

Y que ahora, a final de curso, con todas las penurias que he tenido que superar para llegar aquí... que ahora, cuando ya casi no queda nada, se derruya todo de esta manera tan miserable... los ladrones son los mejores (y "que se cree el ladrón que todos son de su condición, también"), al menos te roban y después te acuchillan de frente. Pero los estafadores, los defraudadores, los embaucadores... no, no, no. A estas alturas, estoy dispuesta a asumir que tengo que recibir la hostia por alguna de las dos partes, que ninguna opción me ofrece librarme de ella porque el destino así lo dicta, pero ya ni siquiera puedo escoger por dónde quiero que me venga. A medida que avanzamos, que nos sutilizamos, que, como he dicho antes, agudizamos nuestros sentidos, también se agudiza la artimaña y el engaño. No hace falta una gran bofetada para dolerte, y me gustaría volver a ser cría para creer que sí, porque luego llegan las palabras, las sentencias, y que me aspen si no habría preferido una bofetada en lugar de... una estafa.

Los que me conocen saben que me he tirado todo el año postrándome a las suelas de los pies de un falso ídolo, carácter acentuado por mí misma. Y también saben que lo hice con sumo gusto, aun cuando intuía, aun cuando estaba segura de que no merecía la pena. Hoy ya no puedo seguir haciéndolo. Siento no tomarle la palabra al revelador, pero no puedo seguir su loable ejemplo de gritar las cosas a la cara, puesto que "él" ya nada tiene que ganar ni que perder en la vida, pero yo todavía necesito nutrirme de instituciones estafadoras como esta al menos, varias décadas más. Sin embargo, creo que es suficiente renunciar a lo que más he esperado durante todo el año, y durante los seis que ha durado el instituto. Renuncio. Renuncio a las dos cosas. Vine sin nada y me voy sin nada.

Y los que me conocen lo suficiente, saben que existió en mi vida Camille, una adorable princesa oriental milyunanochesca de la cual me enamoré locamente, a la que le di las mayores alhajas de mi vida, las que ya nunca más seré capaz de crear, y ella, no sólo no las ha robado, sino que las ha tirado con indiferencia a la basura confundiéndolas con las falsas baratijas que todos sus demás pretendientes le ofrecían. La diferencia es que a ellos no les importa, pues como digo, eran falsas, cristales tintados. Pero las mías, oh Zeus, eran puras como cada uno de los sentimientos que me hizo aflorar. Que se me escaparía, lo sabía; que tendría que renunciar algún día a ella, no tenía ninguna duda, pero que sería una de las mujeres de su harén la que me comunicara tal noticia... Camille es orgullosa, intensa, pasional, dispersa, INDIFERENTE. No sé qué otras joyas la tienen enamorada, o qué otro pretendiente, pero creo que no es ni lo uno ni lo otro, y me duele no saber qué es, porque de haberlo sabido, se lo habría concedido aunque me hubiera costado embargar la vida. Lo único que sé, es que, primero, se confirma la teoría de que la ignorancia da la felicidad (si bien, el conocimiento de la Verdad da plenitud a la par que tristeza); y segundo, que habría sufrido menos si Camille se hubiera tomado la indigna molestia de rajarme de arriba abajo y robármelo todo, incluso ese habría sido el mejor detalle dadas las circunstancias, pero también era mucho pedir, así que no.  Final y egoístamente, sin habérselo propuesto siquiera, me ha desarmado, desnudado, desollado, quemado viva, pero no rematado. Y hay muchísimas formas, a cual más satisfactoria, pero la más banal, la más indiferente y, por ende, la que más le pega a ella, es matar sin matar. Me ha dado la muerte con no habérmela dado.

~~

Suena: Nada.
Estoy: En proceso de llevarme algo al estómago.
Sentencia: Tanto cabría hoy aquí y todavía me queda corta... y me quedo con que Nietzsche dijo que "la mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo"; y no está demás recordar ese proverbio árabe (aunque también se ve que fueron palabras del filósofo clásico Anaxágoras) que "la primera vez que me engañes, la culpa será mía; pero la segunda, será tuya.

Alguien que conocí

O alguien que solía conocer. Los que me conocen saben que ODIO a muerte tener que traducir, porque necesito ser literal al máximo. Ceñirme a las características del lenguaje al que se vierte implica perder demasiados matices que considero importantes, aun siendo ínfimos detalles. Y aclaro: ODIO traducir, pero AMO saber lo que significan las palabras, los contextos.

Aún estoy avergonzada de haber insistido tanto en que Gotye era australiano, ¿de dónde me lo saqué? Es un misterio que nunca resolveré.

Ups, me acaba de entrar la melancolía, y es que si se me junta una foto de Tuenti y Pequeño gran amor de Claudio Baglioni, aunque sea una versión penosa y suene patética (en las dos acepciones de la palabra: sentimental y sinónimo de penoso), pues eso, que me da melancolía.

A ver, entrando en materia. Ahora mismo no, pero dentro de 9 días concretamente, seré consciente de lo mucho que he perdido el tiempo este fin de semana, pero bueno, como me dijo un sabio, "cuando pase Selectividad, diré que demasiado estudiar para nada", no porque los resultados vayan a ser malos, sino porque... pues eso, demasiad estudiar. Desengañaos: el saber ocupa espacio, vaya si lo ocupa.

Esta canción es muy mainstream, suena un montón últimamente. ¿Inconveniente? Está en inglés y probablemente poca gente se da cuenta de su precioso mensaje. Vamos, que es otra canción más de desamor, pero si gusta tanto es por ese ritmillo que se gasta, y por ser una canción que resulta extraña la primera vez que se escucha pero luego, gusta. Al menos es lo que me ha pasado a mí, incluso antes de leer la letra. Lo que no tengo tan claro es el videoclip:


Me recuerda a otro vídeo... quizás era de Amaral... no sé, era parecido. Lo que más me ha gustado de esta canción es aprender a decir verbos tan recurrentes como "caer bajo" o "jugársela a alguien" (son recurrentes porque es raro el día que no nos peleamos con alguien [véase mi entrada Gente]). La verdad, me apetece ir comentando la canción línea a línea, pero no tengo ganas de ponerme a transcribirla, y lo de copiar y pegar me pone nerviosa porque luego la letra no es la misma y es un coñazo cambiarla y... con eso os hacéis una idea de cómo funciona me cabeza. El caso es que voy a comentar lo fundamental (lo que me parece a mí, claro).

"Told myself that you were right for me
but felt so lonely in your company"

¿Cuántas veces nos hemos encontrado con esa persona perfecta por definición, y más perfecta aún porque nos ha correspondido? Porque a veces eso no es suficiente. Porque estar físicamente al lado de una persona no significa estar con ella.

"You can get addicted to a certain kind of sadness
like resignation to the end"

Esto va por mí y por todas esas personas que no somos competitivas, que tenemos el ego magullado los 354 días del año y que tenemos argumentos de sobra para persuadir al mundo, pero no fuerzas suficientes. Es bueno resignarse cuando nos hemos equivocado o con las utopías del tipo "encontrarme con un unicornio". Sin embargo, están las otras utopías que yo llamo "causas perdidas", por ejemplo, cambiar el mundo. Se intente, se intenta, y se vuelve a intentar, y no se consigue, y aún así, hay quien dice que no deberíamos resignarnos con eso. Yo, desde luego, lo tengo claro: no seré quien cambie el mundo. Por suerte, hay mucha gente que piensa lo contrario.

"Well you said that we would still be friends"

La apunto pero no porque tenga intención de comentarla, sino porque es una de esas mentiras universales, y quien diga lo contrario, es que no estaba tan enamorado.

"You didn't have to stoop so low"

Aquí está el famoso "caer tan bajo".

"Now and then I think of all the times you screwed me over"

Y aquí, el "jugármela".

"But I don't wanna live that way
reading into every word you say
you said that you could let it go
and I wouldn't catch you hung up on somebody that you used to know"

Y final e irónicamente, yo fui de esas que no quieren vivir así, pero también era la que lanzaba mensajes escondidos entre líneas. Terminé cortando por lo sano, vaya. En cuando a la última línea, bueno, creo entenderla (la traducción no es el problema), pero al mismo tiempo, se me antoja muy confusa. Desde que la conozco me lleva pidiendo cinco minutos para pensarla, pero no se los concedo.

Uff, gracias a Zeus que hace tiempo las canciones dejaron de hablar de mí. Juro por el mismo dios que un día lo hicieron, y sabed que me creo demasiado el centro del mundo pero lo exteriorizo poco. Por cierto, desde todo aquello, me ha parecido engancharme a la misma mierda dos veces. Mal, Mélody, mal.

Por cierto, me encanta esta cosa de las botellas, es tan versátil y tan entretenida mientras estudio...

(Lazo (en mi cabeza))

(Corazón (en el pecho; hay quien lo tiene donde yo me sé, o que no tiene directamente))

Por cierto (2), ¿os acordáis de la foto de la que he hablado al principio de la entrada? La que me ha dado melancolía... vale, pues su propietaria acaba de establecer contacto conmigo. ¿Casualidad?

P.D.: No es que siempre tenga la misma cara de gilipollas, es que es la que pongo para este tipo de fotos.

~~

Suena: Message in a bottle, de The Police.
Estoy: Que me voy a estudiar. Vaya diíta llevo...
Sentencia: "El enamoramiento es un estado de miseria mental en que la vida de nuestra conciencia se estrecha, empobrece y paraliza", de Ortega y Gasset. También dijo que "hay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella", pero no voy a acabar con una visión tan pesimista del amor, así que aquí lleváis esta de él también: "El amor auténtico se encuentra siempre hecho. En este amor un ser queda adscrito de una vez para siempre y del todo a otro ser. Es el amor que empieza con el amor". Vamos, que aunque se acabe, queda el arañazo.

10 jun 2012

Gente

People, en inglés, o les gens en francés (masculino plural, cosa que no entiendo y me suena rarísimo, pero bueno). Ya iremos desarrollando esta idea a lo largo de la entrada.

Al final, lamento decir que hubo unos importantes cambios en mi planning de la Puesta de Bandas, tal que así:

  • 07:30 -> Levantarme.
  • 08:10 -> Ir al instituto.
  • 08:30 -> Reunión sobre la Puesta de Bandas.
  • 09:00 -> Ensayo general.
  • 13:30 -> Ducharme y cuidados varios.
  • 16:00 -> Peluquería.
  • 17:30 -> Arreglarme.
  • 19:00 -> Puesta de Bandas.
  • 21:00 -> Cena con padres, profesores y demás alumnos.
  • 23:30 -> Cerveza, cerveza, charla con los amigos, calimocho.
  • 04:00 -> Casa.
  • 04:05 -> Ver Art Attack.
  • 05:00 -> Dormir.
  • 07:30 -> Despertarme.
  • 08:00 -> Ir al instituto a joder a los profesores.
  • 09:00 -> Volver a casa.
  • 10:00 -> Ducha.
  • 12:00 -> Ir a comprar cerveza.
  • 16:00 -> Dormir.

Or something like that. El caso es que las cosas "malas" que hubo fueron contrarrestadas con creces por las buenas no esperadas. Siempre es bueno saber que mi cuerpo supera los miedos naturalmente y ya no tiemblo cuando hablo con según que persona... y siempre es bueno saber que a una la aprecian después de todo...

A lo que iba. Resulta que la vida me enseñó a esperarlo todo de la gente, lo justo para que llegara ésta y me toqueteara los ojos con maldad y me viera obligada a esconderlos cual caracol. Entonces creí haber aprendido la lección y empecé a pensar que lo mejor era no sólo no esperarse nada, sino esperarse lo peor. Lo que no me esperaba es que, vale, sí, en el 98 % de los casos me he equivocado de nuevo, y es de agradecer, pero me preocupa más aún ese 2 % con el que he acertado, y así, haciendo un leve inventario por el catálogo de gente que he conocido en estos últimos 2 años y comparando con el resto de mi vida y las ideas preconcebidas, nunca he visto ni tal desplante ni tal desfachatez, respectivamente. Pero también gracias a esas personas tan desagradables a las que, y cito a Café Quijano. "el tiempo sabe poner en el sitio que cabe", una es capaz de apreciar las personas que son buenas de verdad. En realidad, me siento un poco mal por sorprenderme de que la gente sea tan buena a veces. No voy a decir nombres, obviamente, pero a todas esa gente que habéis aparecido más o menos en los últimos momentos de esta gran etapa de mi vida, y me habéis ofrecido esa hospitalidad tan encantadora, gracias, y no sólo por vuestras amables palabras, sino por esta valiosa enseñanza, y sabed que os buscaré uno a uno para invitaros a un café y charlar (sí, porque oro va a ser que no...).

Por otra parte, me gustaría mencionar a gente que me ha decepcionado pero no entra dentro de ese 2 % porque lo han hecho sin querer... a la primera, pues que no tiene ninguna culpa, porque es como es y yo escogí libremente dar mis muy queridas y preciadas energías, muchas veces incluso a las 4 de la madrugada, cuando ya no podía tenerme en pie. ¿Que me he dado la hostia? Pues sí. ¿Que no veo el lado bueno ni siquiera en los ratos buenos? Pues no, pero bueno. En cuanto a la segunda, en fin, conozco sus razones, y sé que son las de muchos pero que al menos, hay un pequeño trasfondo de conocimiento (¿que los profesores siempre se enteran de todo? Perdón pero, Y UNA PUTA MIERDA). De todas maneras, se ha convertido en una parte muy valiosa de mi Sancta Sanctorum personal, así que lo dejo pasar, reitero, porque conozco sus motivos.

Yo tenía intención de ponerme a estudiar a las 22:00 pero la cena se ha retrasado y ya... en fin, voy a tomar un par de notas para el review de Born and Raised y a ponerme a estudiar de nuevo.

P.D.: Aquí tenéis una foto mía de la Puesta de Bandas, ¿cómo no iba a ponerla?


Que no, que es broma, aquí va la buena:


~~

Suena: A little respect, de Erasure.
Estoy: A punto de irme a estudiar. Joder, siempre igual, ¡a ver si se acaba Selectividad! (con rima y todo).
Sentencia: "Existe gente que está tan llena de sentido común que no le queda el más pequeño rincón para el sentido propio", del gran Unamuno.

7 jun 2012

Historia

Es un tema difícil, vaya si lo es. Aunque pensaba escribir sobre sueños, porque ayer tuve uno al que le doy vueltas todavía, pero ese tema era más complicado aún, y el de Historia me viene mejor, que es básicamente lo que ha ocupado mi cabeza hasta hace un par de segunditos.

¿Sabéis qué plan me espera mañana? Pues aquí lo tenéis:

  • 07:30 -> Levantarme.
  • 08:10 -> Ir al instituto.
  • 08:30 -> Reunión sobre la Puesta de Bandas.
  • 09:00 -> Ensayo general.
  • ? -> Ducharme y cuidados varios.
  • 16:00 -> Peluquería.
  • ? -> Arreglarme.
  • 19:00 -> Puesta de Bandas.
  • 21:00 -> Cena con padres, profesores y demás alumnos.
  • ? -> Cerveza, cerveza, charla con los amigos, cerveza, cerveza.
  • 06:00 -> Amanecer en la playa con churros.
  • 08:00 -> Ir al instituto a joder a los profesores.
  • 09:00 -> Volver a casa a dormir la mona.
  • 16:00 -> Estudiar Historia.

Y a partir de ahí, vuelta a la vida normal. ¿Fallos de esa tarde/noche/mañana tan idílica? Bueno, me falta un buen acompañante que quede guapo conmigo en las fotos, que me deje la chaqueta cuando haga fresco en la playa, y probablemente faltará ambiente porque un Jueves por la noche, pues...

Me gusta estudiar Historia. No porque me guste en sí (porque por ese motivo, no me gusta estudiar nada [donde estudiar significa memorizar y soltar en un examen]), pero lo prefiero a Literatura de Lengua Castellana. Es que es más fácil de aprender, siempre se me ha hecho más fácil que con cualquier otra asignatura, y esa en concreto, además de Biología.

Por otra parte, es bonita, y sirve para darte cuenta de muchas cosas. La principal es que apenas hemos cambiado a lo largo de los años. Los problemas son siempre los mismos, las soluciones también, el fallo en éstas, tres cuartos de lo mismo, y vuelta a empezar. Y luego, otras cositas menores pero no por ello menos interesantes. De hecho, esas pequeñas cosas son las que te hacen un poco más ameno el estudio: por ejemplo, el papel del PSOE durante el siglo XX, resumible en "nos vales, ahora ya no, te dejamos tirado, pero te recuperamos porque te necesitamos, pero sólo un poco, ya está, ya se ha acabado, lárgate", y un poco así; o que normalmente, detrás de toda gran figura que representa el poder, hay un buen intelectual, como lo puede ser Calvo Sotelo con el Estatuto Municipal de 1924, o Fernández Miranda con la Ley de Reforma Política, o más atrás, que se me acaba de venir a la cabeza, Cánovas con no recuerdo qué documento; y en la actualidad, los redactores de discursos, porque me niego a creer que el Rey redacta todos los que lee (aunque asumo que sus frases célebres del tipo "¿Por qué no te callas?" o "Me he equivocado, no volverá a ocurrir" son espontáneas). Y más cosas que ahora no recuerdo como tampoco recuerdo apenas lo que me he estado estudiando.

Y mi sueño, bueno, era horrible. No recuerdo haber sufrido tanto de frustración. En términos generales, me insinuaba a lo bestia a un tío que me constaba, se me quería tirar a toda costa, pero no sé por qué, se empeñaba en enseñarme el cuchitril en el que vivía con su hermano. Cada vez me convence más la hipótesis de que era gay (...) y estaba enamorado de su familiar.

¿Me echaréis de menos mañana que no voy a escribir pero lo estaré pasando bien, haciendo vida social? Yo a vosotros sí. Sí, a esas pequeñas (sin ofender) y escasas personitas que os molestáis en pasar por aquí, aunque sea de paso. Y lo más importante: si escribiera de día, o me limitara a publicitar el blog en hora de prime time, ¿entraría más gente? De cualquier manera, GRACIAS MIL.

~~

Suena: La que se avecina.
Estoy: Con ganas de ver mucho, mucho la tele, pero debo irme a dormir.
Sentencia: "Los hechos de la Historia no se repiten, pero el hombre que realiza la Historia es siempre el mismo", de Ramón Menéndez Pidal. Esta sentencia no he tenido ni que buscarla, porque el año pasado tenía sentencias escritas en las libretas del instituto. Parece entrar un poco en contradicción con lo que he escrito arriba, pero, citando a otro gran genio al que admiro mucho, la vida es pura contradicción.

6 jun 2012

Pequeña Miss Sunshine (Review-opinión)

Bueno, pues aquí estoy. Hoy inauguro otro tipo de entradas: la entrada review-opinión. Creí que empezaría con el disco nuevo de John Mayer, pero necesito echarle un par de escuchas más para así poderle sacarle el máximo jugo.

~~

[ATENCIÓN: Esta entrada va a estar plagadita de spoilers, así que si no la has visto, pues como que es mejor que no la leas, si es que tienes intención de verla. Si no, pues léetela, pero yo ya he avisado.]

Pues empezamos. Resulta que anoche, mirando uno de estos Tumblr tan guays de imágenes con fondo guay y frases "filosóficas", fotos guays medio porno y gifs animados guays de películas, encontré este:

("No quiero ser una perdedora")

Enseguida se me antojó que la niña, ahora ya más mayorcita y actriz bastante consolidada, podía ser la de la película Pequeña Miss Sunshine, y no estando muy segura, googleé la frase y descubrí que, efectivamente, así era. La conocía, tenía una noción de su argumento pero no me había decidido a verla. Y quizás tampoco la habría visto hoy de no ser por dos motivos: el primero, el gif en sí. ¿Quién puede decirle que no a una niña con esas gafotas tras los que se ocultan unos ojos con lágrimas al borde, con ese labio inferior contraído por la pena, y con una frase semejante? Y en segundo lugar, porque la descargué bastante más fácil de lo que me esperaba (ya se sabe que, desde que cerró Megaupload, pues...). Así que me puse a verla esta noche.

En fin, detalles técnicos del tipo resumen de la historia, introducción de personajes y tal me los voy a saltar, porque entonces se me quedaría la entrada más largo de lo que tengo previsto; para dicha información, pinchad en el hipervínculo de más arriba). Pero sí quiero hacer hincapié en dos personajes que han sido los que más me han llamado la atención. En primer lugar, por aparecer también en primer lugar, Frank, el personaje de Steve Carell (actor que, cuanto más lo veo actuar, más me gusta). Estudioso empedernido de Proust, tan fracasado como el objeto de su estudio, que, a causa de un homosexual desengaño amoroso (y el consecuente desmoronamiento de su vida), intenta suicidarse. Bueno, es un personaje que, en sí, no tiene mucha importancia (pero, realmente, ninguno en la película lo tiene), pero por algún motivo, me ha enganchado. Es de destacar su evolución a lo largo de la historia, considerada por unos pocos, incluyéndome a mí misma, un poco tópica, pero si eso me afectara, no me gustaría ninguna película. La relación que establece con el segundo personaje que voy a comentar es, en mi opinión, de lo mejorcito, y no sabría explicar del todo por qué. Quizás porque ambos son los destinados a ser las almas marginadas e incomprendidas, pero como dicen por ahí, "estamos unidos en nuestra soledad". Dicho es su caso. El segundo es, efectivamente, Dwayne (joder, pensaba que se escribía Dwein mínimo). Un adolescente idolatrador de Nietzsche, que hace voto de silencio hasta conseguir su objetivo: ser piloto (o volar). Bueno, he de decir que ya había llorado en algún momento anterior, pero el que me ha hecho desatar el torrente acuoso, y es más, me ha roto por dentro, ha sido el de su descubrimiento del daltonismo, pero más allá, cuando sale corriendo y grita "¡Joder!" (me imagino que "Fuck!" en el original inglés). No es sólo por la ruptura de su voto (para romper el momento trágico, recordaros el mismo hecho en la película La vida de Brian), ni por ser esa palabra la primera que diga después de 9 meses de absoluto silencio, sino por... bueno, tampoco lo sé, pero me ha dolido realmente. Mencionar también el momentazo en que una del staff le pregunta si tiene autorización y le espeta un "no", y cuando sube a bailar a la pasarela... en fin. Otra evolución, muy similar a la de Frank.



(Uno de los momentos de humanidad de Dwayne antes de confesarse humano)

(Todos a una)


(Devastación)

(Y sin usar ni una palabra...)

La película está llena de momentos emotivos y para hacerle justicia, debería comentarla segundo a segundo. Además, empecé a tomar notas hacia la mitad así que... bueno.

Lo siguiente que me tocó la fibra fue la transición funeraria-concurso, centrada en el padre. Es, creo yo, el ejemplo perfecto de adultez inundada de madurez a la que nos vemos sometidos cuando tenemos alguien a nuestro cargo (hijos, generalmente). Y es que encontrarse en esa situación significa dejar de lado tus problemas, sentimientos, necesidades, descuidar tu espíritu en favor del de esa pequeña personita que requiere de cuidados. Así, este padre se ve obligado a despachar de la única manera posible a su fallecido padre, con el que había discutido horas antes, si bien habían tenido una medio-reconciliación, y volcarse de lleno en su Little Miss Sunshine.

Menudo certamen de "bellezas". La verdad es que no esperaba que la pequeña Olive llegara con su peculiaridad y venciera, desde luego, pero lo que no me esperaba es semejante desfase. He de decir que es realmente aberrante el espectáculo de muñequitas maquilladas y vestidas como pilinguis, exhibiéndose. ¿De verdad se hacen esas cosas? Joder. Pero vamos, que tampoco me extraña mucho, no es raro. Pero bueno, ¡que todas son iguales! ¿Y todos profesan tanta hipocresía como para acusar a la pobre Olive de bailar bailes de strippers? Perdón, entonces, pero no sabría decir cuál de las concursantes apunta más maneras.


Yo creía que la niña en sí tenía mucho más protagonismo, y me ha congratulado un poco que no sea así. Y si ningún personaje es el centro, todos los personajes son los que constituyen la película, lo cual está bastante bien, es de agradecer. Recuerda un poco a aquello de Ortega y Gasset: "la realidad viene a ser la unión de la perspectiva de cada uno y aun así, faltan". Uhm, me ha quedado un poco forzada la relación.

(El auténtico héroe)

 (Conversación de "genios")

 (Este hombre es la caña)

 ("Hostia, puta, la madre del señor, ¡ay, lo que hay ahí dentro!")

(Y no podría haber habido un mejor final: adiós, guarra)

¿Qué enseñanzas podemos extraer de esta película? Por ejemplo, que, como todo en la vida, lo importante es el camino, y no tanto el final. Fracasar no es el fin, igual que triunfar tampoco lo es. Sea cual sea el resultado, si hemos creído con fuerza en lo que intentamos, y si además hemos tenido a alguien que nos ha apoyado, pues chapeau. De todas maneras, Olive no se siente en ningún momento decepcionada, y es que apenas se entera de la misa la mitad. Además, cuando fracasamos, "nos moldeamos", como cita Frank a Proust. No es que sea necesario pasar penurias para sentirnos plenos y realizados, y para aprender, pero si vienen, vamos a tener una formación en la vida mucho más completa y valiosa, por no decir que los momentos felices serán mucho más apreciados. También he notado la ausencia de un final definido (siempre me pasa que noto en todas las películas detalles poco definidos, como el hecho de que la madre fume, la bancarrota que atraviesan y la discusión sobre divorcio que se plantea), pero, ¿no es la vida una película con final abierto? ¿Acaso nos enteramos de todo cuando ésta acaba? ¿Se entera el abuelo? No. Y de la misma manera, también constituye un concurso de belleza tras otro, como Dwayne dice. Inmediatamente, queda como tópica la relación, pero si lo pensamos, vemos que así es: en todos los ámbitos de nuestra vida estamos sometidos a juicio de otras personas, intentando no hacer el ridículo ante los espectadores, y compitiendo con personas que, o bien están mucho más preparadas que nosotros, o bien están muy bien disfrazadas. El problema es que esos concursos no suelen solucionarse con un baile controvertido acompañado de nuestros seres queridos, y que además traen graves consecuencias, pero la vida es básicamente eso. Sólo es cuestión de acostumbrarse y aprender a salir de esas situaciones de la mejor manera posible.

En fin, no he entrado mucho en detalles del trasfondo moral porque tendría que ponerme a pensarla como cuando hago un comentario de texto, y no tengo tantas ganas de hacerlo (además, ya lo ha hecho alguien por mí aquí). Además, no soy partidaria de leer opiniones ajenas porque terminan influyendo en las mías, lo cual no es malo, pero por contra, soy partidaria de las cosas puras, como pueden ser mis escritos o mis opiniones en cuanto a... cosas. Vamos, que podría haberlo hecho, pero entonces jamás habría escrito nada realmente.

P.D.: Las imágenes proceden de momentos que me han parecido bonitos, dignos de inmortalizar, así que atentos.
P.D.2: Sí, a mí también me sonaba a horrores el tío de la camiseta de Dwayne, y ni es Nietszche, ni es un presidente norteamericano. Es esto:


P.D.3: Ahora que lo recuerdo... ¿era un alumno de quien se había enamorado Frank? Oh, eso se parece al tío de la novela de Nabokov  terriblemente (aunque ya seamos todos mayorcitos).

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Suena: El show de Garfield.
Estoy: A punto de irme a la cama.
Sentencia: "El fracaso es, a veces, más fructífero que el éxito", de Henry Ford (sí, el dueño de la casa automovilística Ford. Si él lo dijo, no hay más que hablar).