Odio a muerte a las lolitas del tipo Nabokov. Aún no he terminado el libro. La de la cabecera no soy yo. Esto no es un cursi-blog, ni un diario, es mi liblog...

7 may 2012

Idiotadas

O idioteces, como le gusta a la RAE llamarlo. Considero que la vida se compone de varios núcleos de idiotadas. Del Griego ἰδιώτης, que viene a designar a aquella persona sin habilidades especiales, ignorante, centrada en sus propios asuntos. El no que estaba muy comprometido con el Estado, vaya, y ya se sabe lo que eran los Griegos para la política. Actualmente, lo utilizamos con una connotación bastante más negativa.

Ohú, aún tengo que ponerme a hacer algo útil y ya estoy para el arrastre. Aunque creo que es lógico. Desde las siete y media que me levanté, he ido al instituto, aguantado estoicamente la última hora, que era de Historia, no echado la siesta, hecho el resto de exámenes de Francés, y salido de compras. Los exámenes bien, creo, espero. Las compras, fabulosas, aunque sólo he tenido 5 minutos antes de que el tío dijera que iba a cerrar. Y luego nos quejamos de cómo va el país... venga hombre.


Y esto es lo que he comprado. Mi hermana ya me había hablado de esa tienda (no es una tienda tan fabulosa como la de Needful things, de Stephen King), pero hasta que no la he visto hoy, no me lo podía ni imaginar. Una tienda de muebles sobre todo, pero que también vende miles (bueno, quizás "sólo" cientos) de libros y de DVDs, los cuales he visto cuando ya salía, de segunda mano. Con decir que estas dos maravillas me han costado sólo 1,50 €... es casi una ofensa, ofende que un libro se venda a ese precio, y más dos, y más siendo un clásico y un Stephen King (hala, qué categoría, como si fuera un buen cuadro). Digamos que el euro ha sido por el de Stephen King básicamente por lo gordo que es. Ya está.

Todos somos idiotas, porque llevamos una vida de idioteces, a veces hechas por nosotros, o hechas por los demás, pero lo mismo que los demás las hacen para nosotros, nosotros las hacemos para ellos, porque a nadie se le ocurre pensar que está solo en el mundo... salvo al idiota. Por ejemplo, los Simpson es idiotez tras idiotez. La tele en general está, últimamente, en el mismo plan. Y temo reconocer que Internet es tres cuartos de lo mismo (Cuánto cabrón es la más fehaciente de las pruebas). Pero es que viene a ser como el cuento del Rey Midas, ¿que convertía en oro todo lo que tocaba? Pues lo idiotas convertimos en idiotadas todo lo que tocamos. Así que no es de extrañar sea todo tan idiota, como esta entrada misma, los ejemplos que antes he puesto, y ahora mismo estoy pensando en los anuncios.

El caso es que hoy ha sido un día de esos de grandes alegrías. Digamos que ha comenzado con una de las novas medianas, luego con una supernova, y finalmente una nova. Que yo considere que son grandes sólo confirma lo triste que se ha vuelto mi vida últimamente. Aunque más bien tiene que ver con aquello que mencioné en la entrada Intensidad voltaica (último párrafo antes de las posdatas), los llamados "pequeños placeres de la vida". A veces tengo la sensación de que me centro demasiado en ellos, porque sólo hay un ámbito en mi vida: el estudio, y como necesito abstracción, cimento mi lugar de fuga en eso. Los pienso, los repienso, los imagino, fantaseo con ellos, hasta que tengo la suerte de topármelos de frente. Es simplemente fabuloso.

¿Y qué pasa cuando un idiota que hace idioteces se junta con otro idiota que también hace idioteces? ¿Y si estos dos se juntan con más?

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Suena: Yo no te pido la luna, de Sergio Dalma (en El número uno). Y yo que me he quedado sin ir al puto concierto por un fallo logístico... Dios, perdónamelo tú, porque lo que soy yo...
Estoy: Quizás me ponga a hacer deberes.
Sentencia: "Sólo un idiota puede ser totalmente feliz", de Vargas Llosa. Intelligenti pauca.

6 may 2012

Intensidad voltaica

No estoy muy segura de que la relación exista, pero en mi cabeza suena bien. Me hace pensar en ese torrente de sensaciones que nos recorren de arriba abajo en tan diversas situaciones, ¿que no?

Estoy aquí en mi habitación esperando a que la visita se largue para ir a ducharme. Que sí, que la puerta del cuarto de baño tiene pestillo y tal, pero me intimida saber que en la pared de al lado hay gente que no conozco demasiado, o gente a secas. Y llevo un día de trabajo duro como no los recordaba (no los recuerdo, naturalmente, porque nunca lo ha habido [lo cierto es que miento, porque sí que los ha habido y hoy no ha sido uno de ellos]).

El caso es que antes solía sentir esa "intensidad voltaica" con otras cosas, tipo exámenes, y cosas así, y ahora no, en absoluto, lo cual me preocupa, porque me hace pensar que voy a bajar la guardia mientras lo hago, precipitándome hacia el suspenso. Por otra parte, probablemente es bueno. No es que haya aprendido a controlar mi cuerpo, para nada, sino que él mismo se ha... bueno, ha prescindido de dicha sensación en dicho contexto. Recuerdo cuándo pasó. Fue en 3º de la ESO, cuando la profesora de Francés tomó la putada determinación de hacernos un examen cada semana. He de confesar que los exámenes de Francés más que otros me han puesto nerviosa porque no me siento tan segura como cuando hablo Inglés, pero claro, al tercer examen, y desde el segundo, fue cuando noté que se había esfumado esa sensación de nudo revoltoso en el estómago. La falsa seguridad ha ido degenerando del "ahora no me siento nerviosa y puedo hacer el examen tranquilamente" al "joder, me da una pesadez tener que ponerme a hacer esto ahora...", no sé si me explico.

Por otra parte, esa maravillosa descarga voltaica se ha desplazado a otros ámbitos de la vida, al sexual concretamente, y con ello sólo trato de englobar a todo lo relacionado con el tema, no quiero decir que mi vida sexual sea muy activa. Supongo que es cosa de la edad, de las hormonas, del reloj biológico, y tal y cual. Por una vez, puedo decir que he madurado más tarde que un hombre: esa agitación sexual típica de los 12 años, me ha llegado a los 17-18. También han influido otros factores, pero voy a evitar nombrar ninguno porque suenan todos terriblemente mal y quedan vinculados a eso que he dicho que no tengo.

Además, ya se ha ido la visita. Y la imagen de hoy es esta:


Ese día que vino mi madre a contarme que le habían contado lo del supuesto parentesco entre Felipe González y Leire Pajín. Pensaba que era algo con fundamento, pero probablemente no es más que un bulo (uno de tantos) de Internet. Aun así, me encantó la teoría y me encanta esta foto. A mí me parece que es obvio que son idénticos, pero no por nada, sino por los dientes... muchas personas pueden tener la misma frente, la misma nariz, la misma barbilla, los mismos mofletes... pero esos dientes, joder, se me antojan inconfundibles. Y aunque el rumor no sea verdad, me encantaría escribir mi propio relato sobre ello. Básicamente porque hoy, lo que he estado haciendo ha sido subrayar los apuntes de Historia y ha salido este señor, y me he acordado de esto que estuve investigando hace mucho, y mi imaginación ha volado mucho, pero que mucho. No son sólo hormonas revueltas, son ansias de libertad creativa, y no es que esté coartada, es que la tengo reprimida porque hay asuntos que me acosan más.

Por cierto, la intensidad voltaica, es eso, esa especie de escalofríos que ponen de punta el vello y todo lo demás de la anatomía humana que pueda "erigirse", o que simplemente se desparraman por dentro del cuerpo, no me atrevería a decir por dónde (aunque Aristóteles hizo un buen trabajo situando las tres almas, y yo me vendría a referir a la situada en el bajo vientre, la concupiscible), y eso tiene lugar cuando estás nervioso, cuando estás excitado, todo eso con un largo proceso (...) de tiempo, aunque también puede ser con uno pequeño, lo que viene a durar una mirada fija inesperada, o una sonrisa, o alguna otra cosa que no suene tan a mariconada como estas, o un orgasmo. A veces. Creo.

P.D: No logro entender esta interminable sucesión de alusiones filosóficas.
P.D.2: Ahora no me convenzo de ello, pero cuando sea (más) mayor, me haré entender que sí que me referí a la excitación sexual en todo momento de esta entrada. Entonces me recordaré que puse como ejemplo los nervios previos a un examen, e intentaré desconvencerme y convencerme de que no era excitación sexual lo que sentía cuando me repartían el examen. Y más adelante me recordaré los profesores que se parecen al tío de la novela de Nabokov, y ya lo entenderé todo.

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Suena: Nada.
Estoy: Yéndome.
Sentencia: "Sólo hay una fuerza motriz: el deseo", del amante de la sabiduría Aristóteles.

Ignorancia = Felicidad

Y eso es indudable. Así como vivir una mentira feliz es mejor que una verdad disgustosa, siempre y cuando no te enteres nunca de que es una mentira, o no te afecte saberlo. Y así como Descartes se comía el tarro innecesariamente. Al margen de que el mundo sensible, el nuestro, sea el bueno o no, el que albergue la verdad absoluta, y al margen de que exista un mundo superior al que trascender, confirmando que este no es más que un tránsito durante el cual hay que mantenerse puro, ¿qué más da? ¿Qué más da que haya uno superior, si no lo puedes detectar? Más te vale "conformarte" con este... de todas maneras, soy de las que piensan que no hay ninguna verdad absoluta (o Verdad, como me refiero a ella en los exámenes de Filosofía). Soy de las que piensan que todo es producto de la naturaleza, el Universo azarosos, y no hay más. Podría decir más acerca de ese tema, pero no es el de esta entrada y supongo que a nadie le interesa como tampoco le interesan mis inclinaciones políticas. Me parezco más pedante hablando de política y del sentido de la vida, de mis puntos de vista, que si ahora me pusiera a alabarme (cosa que tampoco voy a hacer, claro).

Esta mañana me he caído por la escalera. No porque iba a oscuras, ni porque en la punta abajo me esperaban dos mesas convergentes, ni porque sabía que había un par de folletos de publicidad con ganas de hacerme resbalar en el último escalón, no. Ha sido porque, justamente, se me ha olvidado que quedaba un escalón más por bajar. Pequeña anécdota.

Lo suyo es combinar la ignorancia (y aclaro que, en este contexto, "ignorancia" no va necesariamente relacionado con una connotación de incultura o analfabetismo) con la imaginación. Si hay algo "peor" que ignorar cómo es algo, es imaginárselo uno mismo. De esta manera, depende de las experiencias que tenga y de las circunstancias (como bien dice Ortega y Gasset: "Yo soy yo y mis circunstancias) que lo que se imagine sea de una manera u otra, se acerque más o menos a la realidad. En base a eso, dependerá su posterior grata sorpresa o... total decepción. Por eso digo que vivir una mentira, vivir en nuestras ilusiones, en nuestros deseos de cómo queremos que sean las cosas (o las personas), eso está bien hasta que te das cuenta de que la realidad no coincide, a menos que seas consciente de que lo que te imaginas no tiene por qué tener que ver con la realidad, entonces, sigue jodiendo, a menos que te dé igual, o a menos que te cuides de dejarte estrellar contra ella.

Joder, cada vez me salen las entradas más gilipollas. En fin, que hoy he estado todo el día en movimiento (espero que ello repercuta en mi "generoso pandero", que para eso paso de coger el autobús [bueno, para eso, y para ahorrarme un dinerín]), y he estado viendo American Pie: El reencuentro. Tan americana como siempre, con puntazos, con buenos temas como Last night, de Good Charlotte, o Na Na Na, de My Chemical Romance, es decir, bastante buena, bastante más de lo que me esperaba.

Y tengo un sueño de cojones. Mañana creo que dormiré hasta tarde aunque luego me dé cargo de conciencia... no sé.

P.D.: Esto no es un blog de Filosofía, aunque lo parece.
P.D.2: Me empeño en poner fotos y contenidos para hacer esto más entretenido pero... no funca.

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Suena: Aquí no hay quien viva.
Estoy: Escribiendo con los ojos cerrados.
Sentencia: "En la amistad y en el amor, se es más feliz con la ignorancia que con el saber", de Shakespeare.

4 may 2012

Solitudine

Vaya, para un día en el que tenía cosas para escribir, voy, y no puedo. Pero no importa, porque todas las ideas que tengo, las apunto. Por ejemplo, el título de este post. Se me vino a la cabeza estando ya acostada, intentando dormir (porque a pesar de estar cansada física y mentalmente, el sueño es una cosa que escasea en mi familia paterna por genética, y asumo que el cansancio es como la sed, que una vez sobrepasado el límite, no lo notas). No tenía ganas de escribir sobre la "soledad" hoy pero se acaba de acentuar ahora mismo.

Siento que, al final, los momentos más duros los pasas solo, o bien porque estás solo realmente (en mi caso, vivo sola la mitad de la semana), o bien porque eres un incomprendido o no hay nadie lo suficientemente dentro de tu corazón como para considerar que tienes alguien en el mundo. Por una parte es malo, por todos es sabidos que estar solo y necesitar de "algo" (que no necesariamente "alguien"), no es una situación agradable, y puede degenerar en resentimiento, introversión, egoísmo en los casos más extremos... pero, por otra, es adaptarse, y si los momentos duros nos ayudan a madurar, y después a crecer, y después a aprender, y después a reflexionar, los momentos duros y en soledad, hace el doble de efecto, simplemente. Soy de las que piensan que la única persona imprescindible en la vida es una madre, y porque es la que te pare, porque, en mi caso, sí es verdad que resulta mi mayor confidente, pero entiendo que no siempre es así. Aparte de eso, las demás personas son sólo "adornos", personas que pueden no estar por muy diversos motivos. Así, aprender a hacerse uno mismo sobre los cimientos, ruinas o cenizas de uno mismo, es lo más útil. Aquello nos permite gozar más de las agradables compañías que podemos encontrar.

Y eso era. Ayer, mis exámenes bien, por cierto, bastante bien, creo. Ayer pasé por muchos estados: hastío, hartura, pena, emoción, alegría inmensa, cansancio, y un largo etc. que no sabría concretar con palabras. A veces la fatiga física no es lo que más cansa a uno. La fatiga mental, que no es tan inmediata sino a largo plazo, es algo que tampoco se manifiesta, pero cuya pesada presencia se siente. Y no sólo las cosas malas que nos afectan sentimentalmente hablando cansan, sino también las extremadamente buenas. La humanidad, o no, todo lo contrario, la "perfección" que algunas personas son capaces de mostrar en determinados momentos de nuestras vidas, duele. Duele que existan los buenos sentimientos, y duele encontrarlos. Experimentarlos no, realmente, porque tengo pocos la verdad, pero cuando tengo un arrebato de humanidad, me sienta bien (probablemente se me estira el cutis y todo). Como decía, duele encontrarlos, como debe doler encontrar agua en medio del desierto, o duele como le duele el sol al hombre que no lo ha visto en años. Yo, particularmente, no lo soporto. No soporto la bondad extrema como no soporto las injusticias en la vida. Y con "soportar" quiero decir, volviendo al principio, que me pesa sobremanera, y eso es hermoso, pero no quita que pese. Una dosis de bondad entre tanta mierda... como, de nuevo metáfora lumínica, como un haz de luz que aparece sin avisar en la oscuridad.

No, la soledad no es algo malo, sino todo lo contrario: un tesoro. Vaya si no se echa de menos cuando no la tenemos. Siempre que se aprenda a apreciarla y a vivir con ella, porque si no... eso sí que resulta una carga, que se añade al peso del mundo. Mi soledad, como me gusta pensarla, no es la de cabeza baja, sentada en un rincón, no, por favor, menuda mariconada. Me gusta pensar que es la soledad de alguien que mira a su alrededor con la cabeza alzada, vacía la mirada. Es sinónimo de escudo, fortaleza.

O algo así. Y tengo más ideas, pero no sé por qué, me he autoimpuesto el límite de una entrada por día. A ver, fotito:


No se me ocurría qué poner, y creo que todos deberíais saber que tengo un colgante de cuchilla al cual amo con locura, vestigio estético de mi época de "intento de ser emo" (quizás se intuye un poco en mis reflexiones, aunque lo dudo), así como las uñas y los pantalones negros, pero el colgante lo llevo siempre, las uñas, no.

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Suena: Nada (¿¡Nada!? Nada).
Estoy: A punto de irme a pasear. A ver si hay suerte y me dejan pasarme por la librería.
Sentencia: "Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes", de Nietzsche (juro que ha sido casualidad, estaba buscando proverbios por Internet), peeeeero, como es muy tremendista, os pongo otra para los más optimistas: "La soledad es muy hermosa... cuando se tiene junto a alguien a quien decírselo", de Bécquer, cómo no.

2 may 2012

Asociaciones extrañas

Es tristísimo pero llevo todo el día con el título en la cabeza. Me suele pasar cuando empiezo los blogs, que pienso en posibles cosas para poner. Además, el título es una cosa que "me trae de cabeza" (vale, pegadme, me gusta). Es también un buen tema.

Primero, vamos a ponernos en situación. Mañana tengo dos exámenes: el de Filosofía, para el cual no he empezado a estudiar aún pero tengo muy buenas expectativas. Nietzsche es la polla, ¿lo he dicho ya? Qué criticón, como debe ser. En fin, que tengo que escribir algunas cositas que vendría bien tener en la memoria para el examen, ya se sabe, este tipo de preguntas genéricas que se pueden soltar tal cual, sea cual sea el tema. El otro examen es esa mierda oral de Francés que me pone los pelos de punta, y para lo cual también tengo que prepararme al menos la presentación que intentaré memorizar pero no servirá de nada porque se me olvidará todo en el momento de la verdad. Bueno, miento. A mí las cosas no se me olvidan. Es sólo que me cuesta ubicarlas en la memoria a la velocidad que deseo (es decir, la de la luz, la mínima para mantener una conversación normal y no de... no sé, besugos, no sé).

A ver, el título, se me ha ocurrido en clase de Literatura Universal, al cuento de nada, simplemente estaba pensando. Asociaciones extrañas hace referencia a ese tan común fenómeno por el que una pequeña cuestión nos lleva a pensar en otra, y esa a su vez en otra, y así hasta el infinito y más allá, vamos, que el motivo inicial queda totalmente degenerado. Ejemplo bastante macabro de hoy:

Hoy he arrastrado la pesada mochila desde la mesa al suelo. Inmediatamente, se me ha venido la cabeza de una persona "paseando" (arrastrando, claro) a un perro muerto.

Qué horror de ejemplo, lo sé, pero es excelente para lo que quería demostrar.

También pasa mucho eso cuando uno se mete en Internet a consultar algo importante (digamos, correo, algún resultado de algo, cualquier cosa así), y acaba demasiado pronto, y empieza a procrastinar mirando otras tantas cosas, hasta que al final de la tarde (en mi caso, madrugada), se da cuenta de lo que ha derivado de algo decente... Ejemplo práctico:

Hotmail -> Tuenti -> Twitter -> Cuánto cabrón -> Asco de vida -> Tenía que decirlo -> Y ya por puro aburrimiento, Visto en Facebook.

Y ahí estamos. Ahí, y que como no puede ser menos, me está entrando la flojera ahora antes de los exámenes. No flojera de vagueza de ponerme a estudiar, no, eso es un problema que está superado hace mucho. Flojera de ánimo. Probablemente es porque los dos iPods hijos de puta llevan todo el día sin batería y me han dejado tirada a lo bestia. En serio, ¿alguien espera algo bueno de Apple? Quiero decir, soy parte de la secta (miembro pasivo, mi actividad empezó y acabó hace 5 años cuando me compré el primer iPod). Steve Jobs que en suma gloria descanse, se lo montó bien. No digo que los productos sean malos (aunque podría insinuarlo sutilmente como pretendo hacer), pero probablemente no valen realmente lo que se paga por ellos.


Quizás este final sea un buen ejemplo de asociación extraña. Probablemente todas mis entradas, mis blogs, mi vida en general, sean buenos ejemplos de asociaciones extrañas.

P.D.: Yo solía poner posdatas.
P.D.2: ¿De verdad alguien se lee esto?
P.D.3: En ese caso, gracias, supongo.

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Suena: Across the Universe, de Rufus Wainwright, Moby & Sean Lennon
Estoy: Poniéndome a pasar un trabajo a limpio. Voy a usar la plantilla grande para que parezca más.
Sentencia: "Hechos son amores y no buenas razones", refranero español citado por la profesora de Filosofía (¿podré incluir esto en la vigencia del pensamiento de Nietzsche?).

Vainilla

Ese es el olor que deja la vela perfumada que tengo en mi habitación. Ni siquiera hace falta que la encienda, su simple presencia es más que suficiente.


Sí, es una foto muy cutre, lo sé, pero era por animar un poco esto. Para los que no me sigáis en Twitter, debéis saber que lo que hay en la esquina superior izquierda es una de las esquinas de mi póster de la película Sherlock Holmes: Juego de sombras; un poco más a la derecha se extiende mi preciosa bandera de Irlanda, y finalmente a la derecha, un magnífico (y digo magnífico porque lo es) póster de cartulinas verdes que hice en tributo a John Mayer y su canción/asociación Another kind of green.

Pues nada, aquí estoy perdiendo el tiempo para variar. Hoy no tengo nada especial que contar (que escriba todos los días, no significa que lleve esto como un diario; significa que estoy ilusionada y que dentro de poco lo dejaré).

Quizás hoy quiera hablar de recuerdos, que es lo último en lo que pensé anoche antes de dormir (sí, es que ya no puedo sacarle más "jugo" a mis fantasías sexuales) y es también lo que me ha estado persiguiendo todo el día. Recuerdos con una persona en concreto. Con una amiga vaya. Lo cierto es que no acabamos muy bien, y me he estado preguntando si ella se acordará de mí, y si lo hace, si es con el mismo asco con el que yo recuerdo a otras muchas personas. Me ha dado bastante pena pensarlo, pero me ha dado más pena aún cuando me he puesto a martirizarme mirando en el baúl de los momentos bonitos (es como cuando uno está triste y se pone una canción lastimera, pues eso). Para posibles aludidas, id haciendo una cola, porque soy una persona tan rematadamente horrible en las relaciones sociales que podéis ser varias las candidatas, aunque yo sólo esté pensando en una.

El caso es que a raíz de eso, también me he estado planteando los giros bruscos que da la vida. No te da vértigo cuando la vida cambia radicalmente, no. El vértigo y, la mayoría de las veces, las náuseas, te dan cuando miras atrás y te preguntas "¿Cómo he llegado aquí?". O bueno, no, eso no te lo planteas, eso es una obviedad. Más bien te llegas a preguntar "¿Aquello pasó de verdad?" (también puedes cuestionarte el presente, si es que es muy absurdo, pero eso es una absurdidad en sí misma, porque es evidente que lo estás viviendo). Y finalmente, llega la tan temida pregunta de "¿Cambiaría/Borraría algo de ese pasado?". Pues depende. Si estás robando a niños para chutarte, probablemente lamentes ese momento en que tus "amigos" te dieron a probar; pero si no, si estás de puta madre, o estás medianamente bien, lo suyo es responder que no. Muchas cosas pudieron haberse hecho de mejor manera, pero eso va a ocurrir siempre. Y como somos animales de costumbres, y cargamos con ese dicho de que "tropezamos dos veces con la misma piedra", seguro que si se nos planteara la misma situación, volveríamos a caer. De hecho, ya lo hacemos. Yo me miro a mí misma y veo que he intentado cambiar mi punto más flaco y aún sigo marcada por él; también conozco un par de mujeres viudas por dos veces... y así un largo etcétera.

También, para no deprimirse mucho, es bueno intentar relacionar cosas buenas del presente con cosas malas del pasado, es decir, que hayan sido fruto de eso. Los cristianos lo llaman "cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana"; los supersticiosos, "una de cal y otra de arena"; y los frikis, "seis grados de separación de Kevin Bacon". No me lo había planteado hasta ahora, lo confieso, soy muy de dar consejos que luego no me aplico. En fin, dudo que lo haga.

P.D.: Se me ha ocurrido añadir una nueva sección a esta parte de abajo: "Sentencia", así, como la parte final de los epinicios de Píndaro, allá cuando los Griegos (bueno, tendré que alardear de conocimientos mientras me acuerde de lo que he estudiado, ¿no?).
P.D.2: Me encanta la sección de Estadísticas de Blogger. Puedo ver tantas cosas sobre vosotros... pero por favor, haceos notar, no va a pasaros nada. Ni siquiera hace falta que firméis con vuestros nombres, si es eso lo que os echa para atrás. Un comentario, porfaplís, que es graaaatis.

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Suena: Crazy Loopde Crazy Loop (este hombre es Dan Balan antes de renegar de su homosexualidad y convertirse a la comercialidad porque vende más).
Estoy: En proceso de ponerme a hacer un comentario de texto de Historia.
Sentencia: "Quien no da un proverbio, no llega a viejo", proverbio español (bueno, llamarlo "proverbio" suena pretencioso siendo español. Vamos a dejarlo en "refrán").

1 may 2012

Días sombríos

O tenebrosos, que es como traducen en España el título de Dark shadows. El título no viene a cuento de nada porque, inusualmente, llevo una racha de días agradables (bueno, ni agradables ni no agradables, de estos normales vaya), pero viene porque acabo de ver el videoclip nuevo de John Mayer, como todos sabéis (o deberíais saber), mi más amado hombre y artista sobre la Tierra. Y como buena fan, de esas que no se dejan llevar por lo que el corazón (o lo de más abajo) les dicta, voy a comentar un poquito.


Probablemente a los críticos les parezca bien, una renovación, eso siempre se aplaude en un cantante, pero para la otra parte de la crítica, como para mí, pues quizás sea un tanto... extraño, extraño más que desafortunado. Será que me falta acostumbrarme. El rollo country es algo que nunca me ha atraído demasiado, y no me quiero llevar una buena primera impresión porque este primer tema se mantiene un poco, pero me da la sensación de que los demás, por lo que he escuchado como "prueba" en iTunes parece estar completamente impregnado de ese aire y temo que voy a echar demasiado de menos al John Mayer de antes. No obstante, reitero mi intención de esperar al 22 de Mayo (quizás un día más tarde, en lo que me cueste encontrar el disco para descargar por Internet) y entonces opinar cómodamente. Respecto al vídeo, pueeeeeeees es una americanada, para qué nos vamos a engañar. El típico viaje a través de los EE.UU, le ha faltado la ruta 66. Y me gustaría decir que es sentido, acorde con la letra, y tal, pero sólo veo eso. Al margen de eso, me gustaría ser el Tweet ingenioso que lee en su iPhone y le hace sonreír ahí en la cama recostado... en la cama... recostado... iPhone... lo siento, tengo una vena materialista, qué le vamos a hacer. Bueno, que el muchacho está de muy buen ver, claro, pero me gustaba más con el estilo de Clarity, quizás Waiting on the world to change si lo que quería era dejarse melena. Pero vamos, que en su esencia sigue siendo John Mayer, y sigo amándolo y goteando (no diré por dónde) cuando sé de él. Así que, ahí sigo, al pie del cañón.

Por otra parte. Hoy estaba leyendo un ratito Pomelo y limón, libro que estoy leyendo básicamente por hacerme una idea del tipo de novela adolescente que ganan los certámenes literarios (al margen de las tan usadas historias de guerra), aunque también es porque es el tipo de literatura que me traía loca hace unos años, antes de descubrir a Stephen King, que me desvinculó de ello totalmente, y antes de que el instituto me acosara con sus malditas lecturas obligatorias (algunas sublimes, como San Manuel Bueno, mártir, de Unamuno, a quien he descubierto como mi filósofo favorito, o La metamorfosis (transformación) de Kafka (no la de Ovidio, no llego a tanto), y otras horriblemente melodramáticas y pesadas, y me refiero a Romeo y Julieta, y no lo digo porque no esté enamorada y esté totalmente en contra de estarlo, es simplemente que estoy harta de ella como lo estoy de Justin Bieber, es lo que tienen estas cosas cuando se convierten en fenómenos de masas). Bueno, pues eso, que resulta ser el año que más liada estoy académicamente hablando y también es el año que más me paso por el arco del triunfo (suelo decir forro, pero claro, es irónico porque no tengo, y yo quiero darle seriedad) las tareas (de hecho, ahora mismo estoy perdiendo un tiempo valiosísimo del cual me acordaré cuando esté en Selectividad y lo eche de menos para repasar, pero bueno). En fin, que estaba leyendo eso y entonces se ha citado una línea de El Principito, y me he acordado de las muchas ganas que tenía de leerlo, no sólo por ser uno de estos que hay que haber leído antes de morir, sino porque también me lo habían recomendado mi mamá (sí, en Internet la llamo mamá) y mi hermana, y como es cortito, tengo la misma edición repetida (dato irrelevante) y muy pocas ganas de ponerme a estudiar Filosofía o subrayar apuntes de Historia (que es lo que estaba haciendo en aquel momento), pues me he ido a buscarlo y a leerlo. Inmediatamente he cogido el lápiz para señalar las sentencias más ilustres (que las hay, verdaderamente, hay que joderse), especialmente porque tengo una "ideita" (ideota) para una historia y Dios mío, era el pellizco de sal que le faltaba, la cita de autoridad que todo buen libro lleva al principio. No quiero hacer de El Principito la columna vertebral de esa mi historia, pero sí le debo grandes referencias, joder, no os hacéis una idea. Y por supuesto, le debo también un pequeño review. Es un libro que a todos nos hace falta leer, y yo diría que, o lo lees varias veces en tu vida, o esperas a leerlo con 40 años, es decir, el culmen de la edad adulta, para que cause más impacto, y yo apuesto más por esta última. Como siempre me pasa, la historia es totalmente distinta a como la esperaba, y el desenlace me ha dejado lo mismo de patidifusa que el de La metamorfosis, y me imagino que es un libro con una gran carga literaria que necesita explicación, pero podría caer en este mismo error:


La verdad es que es fabuloso que te expliquen lo más íntimo de una obra, sobre todo alguien que lo ha estudiado para enseñártelo a ti, pero quizás realmente el autor no pensaba decir eso en absoluto, o si lo hacía, que es lo más probable, porque se escribe para reflejar las zozobras internas de uno, o se escribe por escribir y se reflejan en las palabras inconscientemente, en ese caso, quizás son cosas que deberían dejarse al libre escrutinio de uno. Respecto a las frases que he señalado, creo que me quedo con la primera que vi, la que me hizo coger el lápiz vaya:

"(Los adultos) son así. No hay por qué guardarles rencor. Los niños deben ser muy indulgentes con las personas mayores".

Y claro, después de ese hermoso sabor de boca (sinestesia literaria, creo) que te deja, pues claro, pones la tele y te sale el estúpido anuncio nuevo que se ha repetido como 8964654845461 veces a lo largo del día, de... no recuerdo la marca, un par de pedorras que salen cambiándose de ropa y termina siendo un anuncio de un coche, y piensas que cualquier humano que no sea un niño resulta ser lo más despreciable y asqueroso del mundo. Tampoco voy a ir yo de auténtica, sería absurdo, y también sería absurdo que su autor, que en paz descanse, también lo fuera (de hecho, los psicólogos probablemente ya lo hayan acusado de pederasta, o de síndrome de Peter Pan, y Freud habría dicho que seguramente su padre se lo intentó tirar de pequeño, yo qué sé), pero sí me siento afortunada de haberlo podido apreciar como se merecía. Creo.

Y ya está. Hay que quererme mucho para leerse todo ese tocho, aunque yo lo haría, me parecen interesantes los blogs personales, así, de este tipo.

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Suena: Annie, de James Blunt
Estoy: Hecha una mierda. Ni me levanto temprano, ni me acuesto a horas decentes, ni aprovecho el tiempo que estoy viva. Bueno, soy consciente de ello, es una manera de rendirle tributo, ¿no? En fin, trascendentalismos aparte, ojalá me ponga a terminar los deberes que llevo arrastrado 3 días o más.